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La ampliación a tres carriles de la autopista AP-7 en Cataluña tendrá continuidad en Francia

La concesionaria ASF ensanchará los 40 km del transitado tramo entre Perpiñán y frontera.

La ampliación de la AP-7 entre Tarragona y La Junquera, que desarrolla Acesa, tendrá continuidad tras la frontera con Francia. La concesionaria francesa ASF ensanchará de dos a tres carriles la A9 entre los 40 kilómetros que separan Perpiñán de la frontera. No obstante, sólo ha fijado calendario para los primeros 14,5 kilómetros

La ampliación de la autopista AP-7 entre Tarragona y la frontera con Francia, la principal vía de comunicación terrestre de España con Europa, tendrá continuidad al otro lado de Los Pirineos, en la autopista A9. Al igual que en su día decidió la concesionaria española Acesa (filial de Abertis), la francesa Autoroutes du Sud de la France (ASF) ha acordado también ampliar de dos a tres carriles el transitado tramo, especialmente en verano, de la A9 entre la frontera y Perpiñán.

Un tramo por el que pasan los aproximadamente 10.000 camiones que cruzan a diario la frontera española con destino a Europa. No obstante, a diferencia de la concesionaria española, que está desarrollando la ampliación de la AP-7 de forma consecutiva desde 2007 y que culminará aproximadamente en 2012, ASF sólo ha puesto calendario para uno de los tres tramos en los que ha dividido el proyecto: 14,5 kilómetros del total de 40 kilómetros que distan entre Perpiñán y la frontera. Para los otros dos tramos, la ampliación no se ha concretado.

El ensanche de la A9 es un proyecto del que se habla desde hace años, que se empezó a dibujar en 2007 y que hasta finales del pasado año no se concretó con su declaración de utilidad pública por parte de las autoridades francesas. La actuación programada por la concesionaria francesa es la ampliación de dos a tres carriles por sentido del tramo de la A9 Perpiñán Norte-Perpiñán Sur, presupuestado en 220 millones de euros, inversión que corre a cargo de ASF. De cumplirse el calendario previsto, las obras se iniciarán en septiembre de 2011 y culminarán durante el verano de 2013. Quedarán pendientes los tramos entre Perpiñán Sur y Boulou, de 17 kilómetros, y entre Boulou y la frontera con España, de 8,5 kilómetros.

De acuerdo con las estimaciones realizada por ASF el pasado año, el coste total del proyecto asciende a 452 millones de euros. La concesionaria argumenta la ampliación en “la necesidad de mantener la calidad del servicio para los usuarios actuales y, especialmente, para responder a las necesidades de movilidad futuras”. La actuación “mejorará las condiciones de tráfico y facilitará los intercambios comerciales entre el norte y el sur”.

Y es que la A9, que en España se convierte en la AP-7 y que, a su vez, forma parte de la autopista del Mediterráneo hasta Andalucía, pertenece a la red de principales carreteras europeas Norte-Sur, la E-15. 18.000 camiones en 2030 Por el paso fronterizo de La Junquera circulan diariamente 10.000 camiones, “que se convertirán en 18.000 en el año 2030 si el tren alcanza una cuota en el transporte de mercancías del 30 por ciento, lo que es bastante improbable, con lo que seguramente serán muchos más vehículos pesados”, señala Xavier Ribó, gerente de Barcelona Centre Logístic (BCL).

Por ello, la ampliación de la A9 “es muy importante”. “Llegar desde Cataluña a la frontera con tres carriles y, pasada la misma, convertirse en dos, nos encontraríamos con un cuello de botella, dejaría de tener continuidad el corredor”, añade el experto. No obstante, que únicamente esté fijado el calendario para uno de los tramos “no es lógico, se tendría que haber hecho como en España, todo a la vez”. En las cumbres hispano-francesas sobre infraestructuras, las discusiones se suelen centrar en el ferrocarril y se aborda menos la carretera en general y la A9 en particular.

“El corredor del Mediterráneo hay que entenderlo completo, ferroviario y viario. No existe la suficiente conciencia de la gravedad del problema que habrá en un futuro porque, aunque el tren consiga captar más mercancías, seguirán incrementándose los camiones que pasen por la frontera”. El transportista español que cruza Los Pirineos hacia Europa no únicamente se encuentra con una transitada A9. Continuando por esta autopista y pasado Perpiñán, hasta donde llega el proyecto de ampliación, tiene que cruzar Montpellier, donde ya hay tres carriles por cada sentido, pero que son insuficientes para absorber la densidad de tráfico que hay en la zona.

Francia barajó hacer una variante de circunvalación, idea que desechó posteriormente. “Las autoridades españolas tendrían que presionar al Gobierno francés para que, por lo menos, se ampliara a un cuarto carril”, a juicio del gerente de BCL. Aunque los transportistas son los primeros en sufrir las consecuencias del déficit de adecuados viales tras cruzar el paso fronterizo, para ellos, el gran problema es la misma frontera: “el embudo es la frontera que los franceses cierran los fines de semana y el Gobierno catalán debería presionar para que se quitaran las restricciones y no ponerlas en Cataluña como está haciendo”, señala Carles Palacio, de la patronal del transporte Cetcat (Confederación Empresarial de Transportes por Carretera de Cataluña). “El principal problema es que hay una frontera en una Europa sin fronteras”, añade Carles Palacio.

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