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La baliza del “Portland” no funcionó cuando se hundió en aguas canarias

Fomento asegura que la desaparición del ‘eco’ de un buque de los radares de los centros de Salvamento no es motivo de alarma.

El hundimiento del “Portland”, ocurrido el 25 de mayo de 2006 cuando navegaba de Santa Cruz a La Luz, se “produjo sin que se activaran los dispositivos de alerta voluntario y automático, que permiten alertar a los servicios de Salvamento Marítimo y reclamar la ayuda necesaria”, según confirmaron fuentes de Fomento

Como se recordará, este barco de bandera panameña transportaba cemento de manera regular entre Tenerife y Gran Canaria para una empresa del archipiélago. En su último viaje, el buque efectuó “el reporte habitual al Centro de Salvamente (de Santa Cruz de Tenerife) una vez abandonadas las aguas portuarias”. A partir de aquí nada se supo del barco “hasta que Salvamento Marítimo recibió una alerta del consignatario del buque, de las tipificadas como de falta de noticias”, momento en el que se puso en marcha el dispositivo de búsqueda. De los 11 miembros de la tripulación, nueve fueron rescatados de una de las balsas salvavidas por el helicóptero Helimer Canarias.

Un día más tarde, se recuperó el cadáver del Primer Oficial del buque en la escollera del puerto de Güimar y el Tercer Oficial de Máquinas se dio por desaparecido. La Comisión Permanente de Investigación de Siniestros Marítimos, que depende del Ministerio de Fomento, ha determinado que “el vuelco del buque y su inmediato hundimiento fue debido a la pérdida de estabilidad ocasionada por el corrimiento de la carga de cemento que transportaba en unas condiciones meteorológicas de vientos del NE de fuerza 5 a 7, fuerte marejada con áreas de mar gruesa y mar de fondo del N de 2 a 3 metros”.

Las fuentes oficiales consultadas subrayaron que “en el tráfico marítimo, a diferencia del aéreo, no se realiza un seguimiento o control sistemático y continuo de los barcos en ruta (los buques navegan libremente siguiendo el rumbo que decida su Capitán y protegidos por el derecho de paso inocente), hasta que se encuentra en las proximidades del puerto de destino o en una zona de reporte obligatorio, donde debe cumplir lo establecido al efecto para cada uno de ellos”. Los mismos medios añadieron que “en el caso de que durante la travesía se produzca una situación de riesgo, todo barco debe tener, y el ‘Pórtland’ la tenía, una baliza de alarma y localización, que se acciona de manera voluntaria y automática cuando se sumerge a una determinada profundidad, alertando a los servicios de salvamento, sin que esté previsto realizar un seguimiento continuo de su derrota”.

En el hundimiento del Portland, “la boya no se accionó ni manual ni automáticamente”. Desaparición del eco Por último, concluyeron que “los ecos de los buques que aparecen en las pantallas de radar de los centros de control portuarios desaparecen al irse alejando los buques, porque el radar tiene un alcance determinado que depende de múltiples factores, algunos fijos y otros variables como el propio tamaño del barco, el estado de la mar, etc . La desaparición del ‘eco’ de un buque de la pantalla de radar no se considera un motivo de alarma que justifique efectuar llamada alguna”.

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