La sociedad de estiba tiene unas pérdidas de 386.000 euros este año, que se suman al préstamo de 4,5 millones suscrito en mayo para hacer frente al plan de empleo de 2004.
La brusca caída de la actividad sigue engordando la abultada deuda de la Sociedad Estatal de Estiba y Desestiba del puerto de Avilés y la tensión crece en el sector. La semipública Seavided acumula pérdidas de 386.000 euros este año, que se suman al préstamo de 4,5 millones suscrito en mayo para hacer frente al plan de empleo de 2004
El sector de la estiba del puerto de Avilés continúa con la luz roja encendida. Al reciente endurecimiento del marco regulador de las estibadoras, que podría dejar fuera a más de la mitad de los diez operadores de la dársena que no alcanzan los requisitos mínimos exigidos, se suma la abultada deuda de la Sociedad Estatal de Estiba y Desestiba (Seavided), que supera los 4,5 millones de euros. El actual escenario económico, además, no ayuda a desatascar los problemas del sector de la estiba, sino más bien todo lo contrario. Y es que el tráfico comercial sigue sin dar síntomas de recuperación en los muelles avilesinos.
Entre enero y septiembre de este año, Seavided realizó un total de 10.294 jornadas, cerca de un 20 por ciento menos que en el mismo período de 2008, lo que generó unas pérdidas de más de 386.000 euros en el acumulado anual, que deja a la semipública en una situación comprometida. De hecho, varias estibadoras confirmaron su intención de acudir a los Juzgados para pedir la disolución de Seavided ya que no están dispuestas a aportar más dinero en “una sociedad en quiebra”.
Una opción, no obstante, con pocos visos de prosperar. Fuentes del sector señalaron que para revertir la situación bastaría con que la Autoridad Portuaria de Avilés, con el 51 por ciento de Seavided, pida restablecer el equilibrio financiero. Esta decisión, debido a la singular regulación de las sociedades estatales, obligaría a los privados a acudir a una ampliación de capital, ya que, a pesar de ostentar sólo el 49 por ciento de las acciones, son los que tienen que hacer frente a las deudas. Los privados que decidiesen no inyectar capital para equilibrar el balance de la semipública verían diluida su participación y tendrían que abandonar la sociedad.
La mayor parte de la deuda se originó al cargar al pasivo de las cuentas de 2008 el importe derivado de la no externalización del plan de empleo de 2004, que redujo la plantilla de portuarios un tercio de su tamaño. Para aliviar esta la situación, en mayo, Seavided suscribió un préstamo de 4,5 millones con La Caixa, avalado por algunas estibadoras. En principio, el puerto también iba avalar la operación.
Actividades Generales Portuarias (con una participación del 9,4 por ciento en Seavided), que se comprometió a prestar un aval ante la Autoridad Portuaria, está a la espera de que el puerto cumpla su parte del acuerdo, ya que la entidad no ha depositado aún la garantía, explica Laureano Lourido, el director gerente de la estibadora. Lourido cree que el canon de 0,09 euros por tonelada fijada para financiar el préstamo a diez años “es insuficiente” en la actual coyuntura, por lo que “habrá que subir el canon o alargar el plazo con la consiguiente pérdida de competitividad del puerto”.
Insiste en que “los importes del plan de empleo de 2004 tendrían que haberse recogido con la correspondiente dotación para provisión de pensiones en las cuentas anuales de cada ejercicio desde dicho año. Esta responsabilidad podría derivar a los consejeros por no constatar ninguna salvedad, ya que la omisión en las cuentas de estos compromisos distorsiona sus resultados”, concluye. Actividades Generales Portuarias mantiene su intención de emprender acciones legales.