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La brusca caída del tráfico de la terminal Ebhi pasa factura a Oligsa

El puerto de Gijón decide rescindir la concesión del operador, cuyas tareas están vinculadas a la actividad de la semipública.

La caída del tráfico de Ebhi pasa factura a Oligsa, que realiza labores de almacenamiento, manipulación y distribución de mercancías vinculadas a la actividad de la semipública. La Autoridad Portuaria, accionista de referencia de la terminal granelera, rescindirá la concesión del operador, en concurso con una deuda superior a los 10 millones.

La brusca caída de la actividad de la terminal de graneles del puerto de Gijón (Ebhi), que ha perdido más de 6 millones de toneladas en los últimos años, ha pasado una gruesa factura al operador Oligsa, en situación concursal con una deuda superior a los 10 millones.

La Autoridad Portuaria, accionista de referencia de Ebhi, ha aprobado incoar expediente de caducidad de la explotación del parque de almacenamiento, manipulación y distribución de graneles en la explanada de Aboño. Unas labores vinculadas a la actividad de la terminal de graneles, que tiene, a su vez, el 26 por ciento del capital de Oligsa.

La decisión obedece a la mala situación financiera del operador, que no pudo renegociar su deuda con los acreedores, después de que el pasado 21 de octubre solicitara el preconcurso. Uno de ellos, precisamente, es el organismo portuario, que dejó de recibir las tasas desde finales de 2010, así como las cuantías correspondientes al incumplimiento de los tráficos mínimos fijados, incurriendo, por ello, en causas de caducidad de la concesión.

El Operador Logístico Integral de Graneles (Oligsa), se constituyó en el año 2002 ante la saturación de la terminal de graneles, con un movimiento próximo a los 17 millones de toneladas. La Autoridad Portuaria pensó entonces en crear un nuevo parque de graneles orientado al almacenamiento, manipulación y distribución de mercancía ajena a la siderurgia. Es decir, al tráfico de carbón térmico, que ha sido uno de los más afectados por la crisis, con un descenso del 38 por ciento.

En este escenario, las instalaciones de la terminal granelera Ebhi, que cerró 2011 con un movimiento de 10,2 millones de toneladas, muy lejos del récord de 16,8 millones de toneladas registrado en 2005, son más que suficientes para acoger la mercancía movida. Oligsa está participada por Suardiaz (26 por ciento), Alvargonzález (22 por ciento), Globalia Infraestructuras (20 por ciento), Duro Felguera (6 por ciento) y la propia Ebhi (26 por ciento), que también atraviesa una situación delicada, con un pasivo de 3,6 millones en concepto de tasas portuarias y endeudamiento con entidades de crédito por importe de 2,1 millones.

De hecho, el consejo de administración del puerto de Gijón, que preside Emilio Menéndez, apoyó la financiación a corto plazo que requiere la terminal de graneles para hacer frente a los requerimientos de liquidez. Además, los consejeros de la dársena pudieron conocer el trabajo iniciado desde la nueva gerencia, que tiene ante sí el reto de buscar la viabilidad de la sociedad. El panorama, no obstante, es desolador.

El propio gerente de la semipública, Armando Fombella, avanzó que “no hay previsión de que los tráficos se recuperen”, al menos, hasta 2014, lo que pone en solfa su traslado a los nuevos muelles, la ‘joya de la corona’ de la ampliación del puerto, que cerró el año con unas pérdidas de 16 millones.

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