Varios estudios europeos coinciden en describir los efectos que ha causado la crisis sanitaria en este sector, en el que España se lleva la peor parte.
Italia, Benelux, Francia y, sobre todo, España son los ámbitos geográficos donde el transporte por carretera ha sufrido más duramente el impacto del Covid-19. En concreto, se estima que en nuestro país se ha reducido el tráfico por carretera en más de un 50 por ciento, un 46 por ciento en Francia y un 37 por ciento en Italia y el Benelux.
A pesar de la caída de los volúmenes de transporte en todo el continente, la necesidad de gestión de las excepciones y problemas en la logística han aumentado considerablemente por diferentes motivos, como la demora en las fronteras, las cuarentenas de los conductores, las fluctuaciones de la demanda o la volatilidad del mercado.
Así se recoge en el estudio realizado por Sixfold, empresa especialista en tecnologías de la información para el mundo del transporte, y realizado en base a un análisis de los datos suministrados por sus clientes, sobre el impacto de la crisis del Covid-19 en la cadena logística y el transporte de mercancías por carretera.
Según sus datos, la producción de la industria del automóvil en Europa disminuyó más del 50 por ciento, la de madera alrededor del 25 por ciento y la de la construcción en torno al 20 por ciento. Sin embargo, estos datos son medias de la UE, ya que, en función del país, la incidencia ha podido ser mayor o menor. Al tiempo que la actividad industrial ha disminuido, la capacidad de transporte o espacio disponible ha aumentado hasta un 41 por ciento hasta el mes de abril.
Según Transport Intelligence, la caída analizada por Sixfold se ha substanciado en, prácticamente una semana, aunque a finales de febrero ya se reportaban caídas en la carga de cada camión de hasta el 29 por ciento. Al tiempo que se han incrementado los problemas de tránsito fronterizo, las entregas a tiempo han mejorado en torno a tres puntos porcentuales, gracias a la mejora del tráfico nacional.
La consultora destaca que los datos que respaldan el análisis de Sixfold muestran que, a medida que los bloqueos entraron en vigencia a mediados o fines de marzo, hubo una fuerte disminución en la capacidad de carga disponible. Sin embargo, en dos semanas, la capacidad se había reorientado de los sectores donde la demanda había caído, a aquellos en los que había aumentado, por lo que la capacidad volvió a estar disponible.
El análisis de Sixfold coincide con dos recientes encuestas o análisis realizados por dos de las principales asociaciones profesionales españolas. La Confederación Española de Transporte de Mercancías, CETM, ha realizado una encuesta a casi 1.200 de sus empresas asociadas, dedicadas al transporte y la logística. Según sus resultados, las zonas geográficas más afectadas han sido las de Álava, Barcelona, Jaén, Madrid, Pontevedra y Zaragoza y los sectores más golpeados en términos de bajada de actividad fueron los portavehículos, con una reducción del 74 por ciento, seguidos de las mudanzas (61 por ciento), carga general (48 por ciento), cisternas (31 por ciento) y operadores de transporte (29 por ciento), entre otros. Según el tipo de empresas, las que más han sufrido el parón de actividad, según la encuesta de CETM, han sido los autónomos, con una pérdida de volumen de trabajo del 59 por ciento, seguidos por las empresas de menos de 20 vehículos con un 48 por ciento.
Por su parte, la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (Astic) ha realizado otra encuesta entre sus asociados que ha arrojado datos similares respecto al parón de actividad en el sector. Según la patronal, las empresas españolas de transporte internacional por carretera han perdido una media del 50 por ciento de sus viajes, al tiempo que se han incrementado hasta en un 30 por ciento sus costes, debido en buena parte por el aumento de los viajes improductivos (retornos, reubicaciones, recogidas, etcétera) que, de media han alcanzado en esta crisis el 30 por ciento, con picos de hasta el 50 por ciento de los viajes. Como consecuencia inmediata de la situación, el estudio de ASTIC revela que el 40 por ciento de las empresas consultadas han tenido que recurrir a ERTEs y casi un 10 por ciento a despidos.
Astic apunta que el 36 por ciento de las empresas consultadas solicitan financiación por parte del Gobierno y que, la inmensa mayoría (80 por ciento), la especifican en una rebaja de las cotizaciones sociales. También se señala que casi la mitad considera necesario para la supervivencia de las empresas el adelanto de las cantidades del gasóleo profesional. Para cuando comience la recuperación en normalidad, los encuestados por Astic han manifestado en un 60 por ciento que mantendrán la misma proporción de uso de flota propia y subcontratada. Por último, un 28 por ciento reducirá la subcontratación y un 12 por ciento asegura que aumentará el volumen de flota subcontratada.
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