El recorte de actividad se agudiza en 2012, que acabará con 5.700 empresas menos y una merma de 45.000 tarjetas de transporte que reducen un 13% la flota de vehículos.
El transporte por carretera, termómetro de la economía, sigue en caída libre y pierde casi 2.700 empresas en el segundo semestre, que hay que sumar a las cerca de 3.000 entre enero y julio. En total, unas 5.700 empresas menos, con una merma de 45.000 autorizaciones de transporte que reducen la flota de vehículos un 13 por ciento
Los peores temores de los transportistas, que vaticinaron un segundo semestre “igual o peor” que el primero, se han confirmado. El descenso de la actividad, fruto de la fuerte contracción de la demanda interna en el actual escenario de recesión, se ha agudizado en el tercer trimestre del año, tanto en toneladas transportadas como en toneladas- kilómetro producidas, y el sector, termómetro de la economía, continúa en caída libre (ver gráficos adjuntos). Si entre enero y julio la carretera perdió casi 3.000 empresas, como ya avanzó este periódico, hay que sumar otras 2.700 en la segunda mitad del año.
En total, unas 5.700 menos, según los datos del registro de empresas de transporte de mercancías por carretera hasta mediados del pasado mes de diciembre recogidos en la página web del Ministerio de Fomento. Y es que el goteo de empresas abocadas a echar el cierre no cesa, lo que confirma que el punto de inflexión registrado en 2011 sólo fue un espejismo en la larga travesía por el desierto que sigue teniendo por delante el sector. Uno de los casos más sonados en los últimos meses ha sido el de la histórica Transports Padrosa, que cesó de manera ordenada su actividad de transporte internacional por la crisis, tras haber acumulado unas pérdidas de ocho millones en cuatro años. La estadística sobre las autorizaciones de transporte de vehículos pesados y ligeros también es desoladora.
Durante el pasado año, a falta del cierre definitivo del ejercicio, se había producido una merma de cerca de 45.000 tarjetas, lo que supone una reducción de la flota próxima al 13 por ciento, que sitúa el mercado en niveles del año 2003. Unos datos especialmente significativos ya que 2012 es año de visado, una buena piedra de toque para pulsar la salud del sector, ya que para renovar las autorizaciones es necesario cumplir una serie de requisitos, como estar al corriente de los pagos en la Seguridad Social. El registro de empresas de Fomento también revela que la crisis se sigue cebando con el sector ligero, con un peso del 28 por ciento en cuanto al número de autorizaciones. En concreto, el descenso del parque de vehículos superó el 15 por ciento, mientras que la caída de autorizaciones de transporte pesado se acercó al 12 por ciento.
Por zonas geográficas, la reducción de la flota fue generalizada. Entre las comunidades autónomas más castigadas se encuentran Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía, que suman más de 157.000 autorizaciones, con un descenso próximo al 12 por ciento. Los recortes registrados en estos emplazamientos, que acaparan más del 50 por ciento del total de la flota, se situaron en una horquilla que osciló entre el 11 y el 13 por ciento. La estadística de Fomento viene a echar por tierra el escaso terreno recuperado en 2011, a años luz aún de los niveles anteriores a la crisis, que sigue pasando una gruesa factura al sector del transporte por carretera. El dato de destrucción de empresas, en este sentido, es demoledor.
Desde el año 2008, operan en el mercado casi 24.000 compañías menos, con un descenso de la flota próximo al 20 por ciento, que está sirviendo, al menos, a equilibrar la oferta y la demanda. Tampoco invita al optimismo la actualización de los Observatorios de costes, precios y actividad de la cartera que dirige Ana Pastor correspondientes al tercer trimestre de 2012, que dejan en evidencia la incapacidad del transportista para repercutir al cargador el incremento de sus costes (ver gráficos adjuntos). De hecho, el precio medio por kilómetro en carga en vehículos pesados registró una caída del 2,7 por ciento en los tres primeros trimestres -el 5,7 por ciento en distancias entre 51 y 100 kilómetros-, mientras los costes directos entre los meses de julio y octubre subieron una media del 2,8 por ciento, aproximadamente.
Es decir, se incrementa la divergencia entre precios y costes, más acuciada a la que hubo en 2008, fecha del último paro nacional del transporte, según recuerdan fuentes del sector. En concreto, desde el año 2000, el precio del transporte creció un 31,4 por ciento, frente al espectacular incremento de los costes, que se dispararon un 56,6 por ciento. Todo ello en un escenario de recesión de tráficos y con el gasóleo, que representa cerca del 40 por ciento de los gastos de explotación de un camión, en máximos históricos tras subir el precio casi un 6 por ciento entre enero y octubre.
Y es que las toneladas transportadas disminuyeron un 12,1 por ciento en el tercer trimestre del pasado año, que se suma al recorte del 15,1 por ciento del trimestre anterior. Destaca, en este sentido, el descenso registrado en el transporte internacional, un 6,1 por ciento, tras haber aumentado un 4,7 y un 2,9 por ciento en el primer y segundo trimestre de 2012, respectivamente. Por su parte, las toneladas-kilómetro producidas también se desplomaron entre julio y septiembre un 5,8 por ciento, tras el descenso del 0,6 por ciento registrado en el segundo trimestre del pasado ejercicio.
El pago a 30 días, uno de los caballos de batalla del sector
La morosidad sigue siendo uno de los quebraderos del sector. No en vano, es una de las principales causas de insolvencia, sobre todo entre las pequeñas ymedianas empresas, que cada vez tienen más difícil acceder a financiación. El Observatorio permanente de la morosidad puesto en marcha por la organización sectorial Fenadismer es esclarecedor. El plazo de pago al transporte español por carretera en noviembre se mantuvo en los 91 días demedia, frente a los cerca de 100días de septiembre. Unos plazos que, pese al recorte registrado, aún son excesivos, con el riesgo añadido de que el cargador te pueda dejar un agujero económico y abocar al cierre.
De hecho, según señala Fenadismer a través de un comunicado, el 67 por ciento de los pagos que se realizan a las empresas transportistas por parte de sus clientes incumplen la Ley deMorosidad, que fija el plazo máximo de pago a los 75 días desde la prestación del servicio en 2012, que se rebajará a 60 a partir de este año. No es de extrañar, que el pago a 30 días sea uno de los caballos de batalla del sector.