El transporte de mercancías por carretera está representado a través de una ensalada de siglas, casi tantas como transportistas. O lo que es lo mismo, un auténtico disparate que debería tener los días contados si de verdad los empresarios quieren avanzar hacia la modernización del sector, que tiene más intereses en común que diferencias. Urge, por tanto, la conformación de un frente común empresarial, con organizaciones más fuertes, que permita romper los actuales canales de interlocución con la Administración, que se aprovecha de la fuerte desunión del sector para aplicar la política que más le conviene en cada momento. La ‘hoja de ruta’ es clara y algunas organizaciones ya han dado el paso.
Es el caso de la nueva patronal UNO, que integra a las ya extintas Lógica (operadores logísticos), Aecaf (carga fraccionada) y Aeci (couriers internacionales). La organización nace con el ambicioso objetivo de convertirse en la gran patronal del transporte y la logística dejando atrás los personalismos en un sector donde la lucha de egos está a la orden del día. La reciente elección del nuevo presidente del Consejo del Transporte y la Logística de la CEOE, que se convirtió en un auténtico circo, dilapidando las esperanzas de varias patronales, entre ellas Lógica y Aecaf, que apostaban por la representación empresarial, es un claro ejemplo. El camino emprendido por UNO será largo y complicado.
Y no faltarán quienes pongan palos en las ruedas, aunque su fuerza representativa invita a la esperanza. UNO dice que parte con un activo de más de 400 empresas asociadas, que ofrecen empleo a más de 80.000 personas y representan un volumen conjunto de negocio de más de 10.000 millones de euros. Es cierto que esta fusión no deja de ser un granito de arena dentro del vasto universo asociativo, por lo que sería deseable que cundiera el ejemplo. A lo mejor así se lograba, por fin, escuchar la ‘voz’ del sector.