Empresarios advierten que “la supuesta mejora de la economía no se está notando aún en el sector”, pese al repunte de la actividad que invita a un “moderado optimismo”.
La estabilidad de los indicadores económicos, el comercio exterior y el ligero repunte de la demanda doméstica dibujan un panorama esperanzador. Los propios analistas de Deutsche Bank han elevado las previsiones de crecimiento para España al 1 por ciento en 2014, dos décimas más que en su anterior previsión. Sin embargo, “la supuesta mejora de la economía no se está notando aún en el sector del transporte por carretera”, según coincidieron en señalar empresarios consultados por TRANSPORTE XXI, que, pese a lanzar un mensaje de “moderado optimismo”, no se creen el “mantra” de la recuperación.
Los últimos datos de Fomento reflejan esta realidad, así como el fuerte impacto de la crisis en el sector, que ha perdido la friolera de más de 23.600 empresas desde 2008. Tras el ligero avance registrado el pasado año, un “espejismo”, según apuntaron los mismos interlocutores, el goteo de sociedades abocadas a echar el cierre continúa. En el primer semestre, el descenso se sitúa en cerca del 1 por ciento, lo que supone 895 empresas menos.
“Esta tendencia se mantendrá en los próximos meses”, añadieron los mismos medios, tras sostener que “aún falta un ajuste en el mercado”, ante el desequilibrio existente entre la oferta y la demanda. El recorte de empresas se centra en el transporte de vehículos pesados, casi un 2 por ciento, mientras que el número de empresas de ligeros creció un 0,5 por ciento. En total, operan en el mercado 102.448 empresas. Los guarismos sobre la evolución del número de autorizaciones también son negativos. A 1 de julio de 2014, el sector disponía de unas 9.700 tarjetas menos que a principios de año, hasta situarse en 305.063 autorizaciones, lo que supone una caída de la flota superior al 3 por ciento, más acusada en pesados (-3,5 por ciento), que en ligeros (-1,9 por ciento).
Una cifra a años luz de los niveles anteriores a la crisis, cuando se llegó a registrar un máximo de 385.098 tarjetas, lo que sitúa el descenso desde entonces en el 20,7 por ciento. La estadística avala la opinión apuntada por empresarios del sector, que manifestaron que el ligero crecimiento de la flota registrado el pasado año respondía más al adelanto de la compra de camiones, ante la entrada en vigor del Euro 6, lo que supondría acometer una mayor inversión, que al progresivo aumento de la actividad. Así las cosas, no es de extrañar que los transportistas afirmen que “el panorama es muy complicado” para un sector que sigue “deprimido”.
No obstante, prefieren ver la botella medio llena y ponen el acento en la estadística de actividad del primer trimestre. “Los datos son positivos e indican que el sector repunta”. Eso sí, se mostraron cautos y advirtieron que habrá que esperar a conocer la evolución de los próximos meses, con el verano de por medio, para ver si se puede hablar de un cambio de tendencia. En concreto, las variaciones de actividad muestran un incremento del 1,9 por ciento en las toneladas transportadas, especialmente significativo en el internacional (22 por ciento). Las toneladas-kilómetro producidas también crecieron un 8 por ciento en el primer trimestre y los kilómetros recorridos en carga un 8,8 por ciento.
Con todo, la caída del tráfico con respecto al primer trimestre de 2008, antes del estallido de la crisis, supera el 40 por ciento. Lo mismo ocurre con la evolución de los costes y precios. Los costes de explotación de los vehículos, empujados por el descenso interanual del gasóleo en un 1,3 por ciento, cayeron ligeramente en el primer trimestre, al tiempo que los precios subieron una media del 1 por ciento, que se acercó al 5 por ciento en los recorridos entre 101 y 200 kilómetros de distancia.
Una combinación que ha supuesto un balón de oxígeno para el sector del transporte por carretera, que aún se encuentra en una situación delicada. De hecho, se mantiene la brecha entre los costes de explotación y precios. Desde el año 2000, las tarifas medias por kilómetro en carga aumentaron un 31,1 por ciento frente al incremento del 57,8 por ciento de los gastos de explotación de un camión.