El transporte de mercancías por carretera aún está lejos de alcanzar su mayoría de edad. No han pasado ni tres años desde la firma de los Acuerdos de octubre de 2005, insuficientes e ineficaces para resolver los problemas estructurales del sector y, lo que es más preocupante, con numerosos compromisos del Gobierno incumplidos, y el sector ya estrena un nuevo plan de choque con algunas medidas novedosas y otras heredadas del año 2005.
Está por ver si será mejor o peor. Lo que sí es cierto es que, por primera vez, los acuerdos incorporan medidas de reestructuración, no sólo coyunturales, y de carácter contractual más vinculantes para los cargadores que las de 2005.
Es el caso de la cláusula de revisión automática de los precios en función de la subida del precio del combustible, que se incluirá en la futura Ley de Contrato de Transporte Terrestre, y el pago a 30 días. Estas medidas, que muchos transportistas califican de ‘ciencia ficción’, ya funcionan, por ejemplo en Francia.
Entonces, ¿por qué no va a funcionar en España?… Y es que no hay que llevarse a engaños, que se cumpla o no está en manos del propio sector, que debe dar pasos agigantados para alcanzar su madurez.
Como apuntó el presidente de Astic, Pere Padrosa, en el transcurso de la Asamblea General de la patronal, celebrada recientemente en Sitges (Barcelona), “no nos podemos acordar de Santa Bárbara sólo cuando truena”, ni pedir “sandeces” como tarifas obligatorias.
Los deberes tenían que estar hechos, aprovechando que las cosas iban bien. Pero como el negocio no se resentía… ¡Ancha es Castilla! Y, claro, ¿quién se acordaba entonces de los Acuerdos de 2005…