Un acuerdo interno entre los consejos de transporte y de infraestructuras de la CEOE ha permitido sellar un pacto por el que la gran patronal no hará campaña ante el Gobierno en favor de la tarificación de las infraestructuras. El compromiso arrancado por los transportistas se antoja clave, ya que un posicionamiento de la CEOE, inducida por las constructoras, en favor de la introducción de la euroviñeta hubiese resultado catastrófico para los intereses del sector. Para llegar a esta entente cordiale ha resultado fundamental el papel del Consejo del Transporte y la Logística de la CEOE, con Rafael Barbadillo al frente, que ha sabido frenar el temporal que desató el hasta hace bien poco presidente de la Asociación de Empresas Constructoras de Ámbito Nacional (Seopan), David Taguas, que sin tapujos hizo apología de una receta que conllevaba una mayor carga impositiva al sector del transporte para poder dinamizar las inversiones públicas en materia de infraestructuras.
La salida del ínclito Taguas, sustituido en su cargo por Baldomero Falcones, así como la disponibilidad al diálogo del presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), Juan Lazcano, en la que no olvidemos que se encuentra integrada la propia Seopan, han permitido reconducir la situación en el seno de CEOE. Eso sí, transportistas y constructoras han decidido dar un paso más allá para estar preparados de cara a una eventual apuesta de manera unilateral por parte del Gobierno de Rajoy por la fórmula de la euroviñeta. En ese hipotético caso, la CEOE se posicionaría en favor del carácter finalista del nuevo impuesto, lo que conllevaría el retorno de lo recaudado al sector de manera directa e indirecta. Es decir, que una parte de lo recaudado iría a parar al mantenimiento y conservación de las carreteras y otra parte sustancial se emplearía en la reestructuración del sector del transporte y la logística, mediante planes y actuaciones para que éste gane en competitividad.
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