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La comunidad de carga de Madrid respalda el segundo aeropuerto

El Plan de Infraestructuras Aeroportuarias de Madrid (2007-2025) contempla un aeródromo de 780 hectáreas dedicado a la carga.

La comunidad de carga del aeropuerto de Madrid- Barajas ha recibido con satisfacción el proyecto del Gobierno regional de construir un aeropuerto especializado en carga en la localidad de Campo Real. El recién presentado Plan de Infraestructuras Aeroportuarias de Madrid (2007-2025) contempla un aeródromo de 780 hectáreas.

El consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela, hacía público el pasado 12 de noviembre el nuevo Plan de Infraestructuras Aeroportuarias de Madrid (2007-2025), en el que se contemplan como proyectos estrella, la construcción de dos nuevos aeródromos en la región, uno destinado a vuelos de pasajeros en Navalcarnero y otro dedicado especialmente al tráfico de carga que se ubicará en los términos municipales de Campo Real, Pozuelo del Rey y Valdilecha. En el curso de la presente legislatura (2007-2011) está previsto que se realicen los correspondientes estudios de impacto medioambiental y acústico de la huella aérea, así como el Plan Director del aeropuerto de Campo Real.

Lamela adelantó que pese a que la puesta en marcha de un proyecto de estas características suele situarse en unos plazos habitualmente superiores a los diez años, la intención del Gobierno regional pasa por conseguir que el mismo pueda estar en marcha o en una fase de construcción muy avanzada en el horizonte de 2016. La reacción de la comunidad de la carga aérea de Madrid ante el anuncio ha sido de satisfacción. Diferentes responsables de compañías del sector consultadas por este periódico han reconocido que la actual infraestructura no es la más adecuada. “El aeropuerto de Barajas está absolutamente obsoleto para el tema de la carga”, señala uno de los expertos consultados. Las principales quejas en este sentido se centran en tres aspectos principales: las limitaciones actuales de vuelos, los grandes tránsitos interiores entre pistas y zona de carga, así como los problemas que generan las limitaciones acústicas.

Principalmente negativo es el aspecto de los tránsitos interiores, ya que “los traslados de las mercancías de las naves de carga a los aviones representan un coste adicional”, aseveran las mencionadas fuentes. Por este motivo, “como usuarios, cuantos más aeropuertos y más servicios se nos ofrezcan mucho mejor”, aseguran. Pero también el proyecto presenta algunas incógnitas para algunos de los expertos consultados. Principalmente, cómo va a afectar esto al nuevo aeropuerto de Ciudad Real, a punto de ser inaugurado, o cómo va a incidir en los costes el aumento de la distancia desde el nuevo aeropuerto a la capital, con respecto al actual de Barajas.

Por su parte, fuentes de Clasa consultadas por este periódico han preferido no entrar a valorar el proyecto de nuevo aeropuerto carguero en Madrid y no han sabido cuantificar el porcentaje de mercancía que actualmente se manipula en Barajas que procede de aviones cargueros puros, es decir, la parte de la actividad de carga susceptible de trasladarse al futuro aeropuerto. Fuentes solventes consultadas por este periódico, sin embargo, han cifrado ese porcentaje de carga en el entorno del 30 ó 40 por ciento del total de carga que se mueve en Barajas.

La Comunidad de Madrid ha decidido poner en marcha el proyecto de nuevo aeropuerto de carga porque “es un proyecto complementario con el crecimiento de Madrid-Barajas. Queremos que la carga aérea en Madrid siga creciendo hasta convertir nuestra región en el hub de España con América Latina y en ese crecimiento el nuevo aeropuerto de carga va a representar un apoyo fundamental”, asevera Lamela. El consejero de Transportes entiende que “una de las grandes asignaturas pendientes de Madrid es el transporte de mercancías y muy especialmente el tráfico de carga aérea”. En este sentido, Lamela considera fundamental que “a Madrid puedan llegar todo tipo de mercancías directamente por vía aérea y no que tengan que llegar por carretera procedentes de otros aeropuertos más especializados en carga como el de Foronda”.

El proyecto representará, por tanto, “el desarrollo de la capacidad logística para recibir la mercancía que llega a España en vuelos cargueros y convertir a la infraestructura aeroportuaria de Madrid en polo de atracción de nuevas inversiones”, sentenció Manuel Lamela. El Gobierno regional complementa esta “apuesta decidida por un nuevo aeropuerto de carga en Madrid”, con un conjunto de actuaciones en materia de comunicaciones viarias. Además, el nuevo aeródromo se beneficiará de la variante de ferrocarril para mercancías entre Aranjuez y Alcalá de Henares.

El futuro aeropuerto se asentará sobre una reserva “histórica” de terrenos que la Comunidad de Madrid ha ido renovando año a año desde que se planteara en su momento la construcción de un nuevo aeropuerto que sustituyera al actual de Barajas. Finalmente, aquel proyecto se desechó y se decidió la ampliación del mismo, pero ahora se ha aprovechado esta dotación de terrenos para ubicar allí el nuevo aeropuerto carguero. Los detalles que se conocen del proyecto, del que aún no se ha hecho pública ninguna estimación económica, señalan una superficie de actuación de 780 hectáreas sobre la que se asentará una pista cuya longitud inicial se ha planteado en los 3.700 metros.

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