El estado del tramo es un cuello de botella a la conectividad europea, alertó el presidente del puerto de Algeciras en un seminario sobre transporte sostenible.
La situación del tramo ferroviario entre Algeciras y Bobadilla es un cuello de botella para la conectividad europea. Se trata del tramo inicial tanto del corredor Atlántico como del Mediterráneo.
Y a pesar de pertenecer a ambos, “padecemos el no man’s land syndrome, nos hallamos en tierra de nadie, porque no se atienden las necesidades en ninguno de los dos corredores”, señaló Gerardo Landaluce, presidente de la Autoridad Portuaria de Algeciras, en el marco de una jornada sobre transporte sostenible, organizada por el Ministerio de Fomento y la Comisión Europea en Madrid.
Además, el responsable portuario destacó, en cuanto a las autopistas del mar, la estrecha relación que mantienen los puertos de Algeciras y Tánger Med, que se traduce en más de 300.000 camiones anuales entre ambas orillas, y el avance del proyecto para poner en marcha una autopista ferroviaria hasta Zaragoza que canalice parte de este tráfico de camiones con el objetivo de minimizar la huella de carbono.
Las jornadas, denominadas “Motorways of the sea forum”, reunieron a más de cien expertos en transporte, medio ambiente y nuevas tecnologías. Entre los mismos, la coordinadora europea del Corredor Mediterráneo, Iveta Radičová, el coordinador europeo del Corredor Escandinavia-Mediterráneo, Pat Cox, y el coordinador europeo para las autopistas del mar, Kurt Bodewig, además de la secretaria general de Transporte, María José Rallo. El objetivo del seminario ha sido promover entre todos los participantes una mejora en la articulación de los nueve corredores de la Red Transeuropea de Transporte con las autopistas del mar en el ámbito del Mediterráneo Occidental.