LCL Fresh Service Iberia, con una deuda de 10 millones de euros, entra en situación concursal en Valencia al no poder cobrar un crédito de sus proveedores de transporte.
La crisis de las empresas murcianas de transporte frigorífico Paconsa y Freshliner se ha llevado por delante las actividades de la agencia de Lauritzen en España. Un juzgado valenciano ha autorizado el concurso de acreedores de LCL Fresh Service Iberia, que tiene una deuda de 10 millones de euros fruto del impago de sus proveedores
El Juzgado de lo Mercantil número dos de Valencia emitió el pasado 11 de noviembre el auto por el que se declara el concurso voluntario de la compañía LCL Fresh Service Iberia, filial española del grupo sueco Lauritzen Cool Logistics, perteneciente a la japonesa Nippon Yusen Kaisha. La concursada, que realizaba en España la agencia de transportes especializada en transporte frigorífico internacional para el grupo sueco, entró en situación de insolvencia el pasado 17 de septiembre. El fallido se ha producido debido a los impagos originados por un proveedor de servicios de transporte, según ha señalado su matriz LCL, aunque fuentes solventes han señalado a este periódico que “la crisis de Paconsa y Freshliner”, principales proveedores de LCL en los últimos años, están en el origen de la deuda de la compañía con sede central en Valencia.
Según las fuentes consultadas por este periódico, la deuda de LCL asciende en la actualidad a 9,8 millones de euros, fruto de un crédito no cobrado con sus proveedores. Durante el pasado año la agencia alcanzó un volumen de negocio de 32,8 millones de euros con unos beneficios de 410.000 euros, según los asientos contables de la compañía depositados en el Registro Mercantil. La situación de insolvencia de LCL Fresh Service Iberia se agravó el pasado mes de agosto cuando dejó de operar la empresa Freshliner, compañía de transporte frigorífico con sede en Murcia que asumió parte del negocio y plantilla de Paconsa.
Ambas empresas, tanto Paconsa como Freshliner adeudan importantes cantidades a LCL, las cuales están inactivas en la actualidad, según han confirmado a este periódico fuentes solventes. Por su parte, tras el auto del juzgado valenciano aceptando el concurso de acreedores, LCL Fresh Service Iberia, que cuenta en la actualidad con una plantilla formada por 17 trabajadores, ha iniciado la comunicación de su situación a diversas empresas de transporte afectadas y que han reclamado pagos pendientes a Lauritzen.
Asimismo, la compañía ha abierto “una investigación interna para averiguar todas las actividades que hubo en LCL Iberia durante la etapa anterior, al mando de la cual estaba Jurgen Benz”, propietario del 30 por ciento de las acciones de la agencia y que a su vez ejercía la presidencia de Paconsa, era administrador de Freshliner, y que actualmente es administrador de las sociedades Iro Kawa y Logistics Trailers Renting.
El entramado formado por LCL como agencia y Paconsa y Freshliner como transportistas movían una flota de unos 500 camiones especializados en transporte frigorífico. Hoy gran parte de la actividad de este entramado está en manos de la empresa de transportes Primafrío puesta en marcha por la familia Conesa Alcaraz, antigua propietaria de Paconsa hasta su venta en el año 2004.