La evolución al alza de las exportaciones chinas y su impacto en los volúmenes manipulados por los puertos europeos llega a su fin. La incidencia es más fuerte en algunos puertos, como por ejemplo Hamburgo, en donde se traduce en un crecimiento del 1,4 por ciento en tráfico de contenedores a finales de agosto, mientras que el año pasado creció un 11,6 por ciento en el mismo periodo. Hamburgo es uno de los puertos europeos más dependientes de los tráficos con China: estos representan el 30 por ciento del volumen total del recinto alemán.
Pero el descenso del consumo de los europeos, la crisis financiera y la coyuntura económica se han aliado para pronosticar un crecimiento marginal de los tráficos de contenedores en Hamburgo para 2008 y 2009. Klaus-Dieter Peeters, presidente de la asociación que agrupa al sector privado del puerto hanseático (UVHH), cree que las autoridades locales no deben refugiarse en la crisis para reportar los desarrollos infraestructurales previstos. De hecho, Peeters cree firmemente que el recinto germano alcanzará el objetivo de 18 millones de TEUs en 2015, y de ahí la necesidad de invertir en obras como el dragado del lecho del Elba para recibir buques más grandes, y en la infraestructura portuaria y sus accesos.
Y es que, como recuerda Peeters, a pesar de la ralentización económica, Hamburgo se ha visto obligado a rechazar algunos tráficos por falta de capacidad. El senador a cargo del puerto, Axel Gedaschko, ha declarado que las autoridades respetarán sus compromisos de inversión, aunque él mismo reconoce que el desembolso previsto de 2.500 millones de euros no serán suficientes para hacer frente a todos los retos del puerto.