El constructor sueco registró pérdidas de 13,8 millones en el segundo trimestre del año.
Scania, el tradicionalmente boyante constructor sueco de camiones, tampoco ha podido evitar que la contracción de la demanda de tales vehículos haga puré sus cuentas, haciendo aflorar los números rojos en sus libros de contabilidad. La compañía registró pérdidas de 13,8 millones de euros en el segundo trimestre de este año
Scania, el constructor sueco de camiones, ha visto también como la crisis económica y la contracción de la demanda de estos vehículos derivada de ella han empezado a causar estragos en su balance financiero, de tal forma que en el segundo trimestre de 2009 registró pérdidas de 13,8 millones sobre una facturación de 1.332 millones, pese a lo cual aún mantiene un exiguo beneficio neto de 3 millones en el primer semestre, sobre una facturación de 2.793 millones en ese período. La comparación año con año evidencia de manera aún más dramática el deterioro de las cuentas de Scania, ya que frente a esos 3 millones de beneficios en el primer semestre hay que poner los 511,8 millones de beneficios del mismo semestre de 2008 y frente a las pérdidas de 13,8 millones en el segundo trimestre de 2009, los beneficios de 280,1 millones del mismo trimestre de 2008.
Entre impotente y desmotivado, Leif Östling, presidente ejecutivo de Scania, trataba de consolarse en la presentación de estos resultados diciendo que el 55 por ciento de recorte en la entrada de pedidos en el segundo trimestre era un descenso menor que el registrado en el primer trimestre. Y es que la situación perfilada por él mismo y sus colaboradores pocos minutos antes apenas dejaba margen para consuelos: reducción del 80 al 85 por ciento en la demanda procedente de mercados como la República Checa, Eslovaquia, Rusia y Ucrania, con un 82 por ciento de descenso en las entregas a Europa Central y del Este; bajada del 54 por ciento en las entregas a Europa Occidental, del 25 por ciento en Suramérica y del 33 por ciento en Asia, todo ello en el primer semestre.
Y, por poner una guinda en semejante perfil, España ha desaparecido de la lista de los principales mercados de Scania. Según Östling, los mercados en que está presente Scania se encuentran en una situación de muy baja actividad económica y en muchos de los mercados europeos la edad media del parque de camiones es muy baja, estando gran parte de ellos parados ya que abundan las flotas con un exceso de capacidad de transporte, lo que se ha traducido en un fuerte descenso de la inversión en camiones nuevos. Como consecuencia de ello, Scania se ha visto forzada a reducir su producción, que fue un 70 por ciento inferior si se comparan los segundos trimestres de 2009 y 2008. Gracias a ello, las existencias se están aproximando ya a los límites normales, salvo en Europa Central y del Este.
El presidente ejecutivo de Scania reconoció que en la actualidad era la rama de posventa la que estaba generando los principales ingresos, aunque admitió que la actividad posventa también se había reducido apreciablemente. Por otro lado, Östling admitió que el exceso de existencias de camiones nuevos estaba perjudicando al precio medio del usado ya que cuando los camiones nuevos llevaban más de año y medio en “stock” sin vender, no quedaba otra salida que sacarlos al mercado de ocasión como vehículos de cero kilómetros pero a un precio sensiblemente inferior al del vehículo nuevo, lo que perjudicaba a la cotización de los usados.
Por lo que respecta a las medidas tomadas por Scania para reducir los costes, Jan Yttenberg, director financiero de la compañía dijo que aunque se habían recortado mucho esos costes era imposible aún compensar con ello la caída de las ventas de los dos últimos trimestres de 2009 y que la situación contable era tan difícil que incluso resultaba imposible evaluar con precisión cuál era en estos momentos el punto de equilibrio financiero de Scania. “Yo no creo que lo peor haya pasado ya.
Ahora hay muchos fabricantes que sólo se ocupan de dar salida a sus existencias y no de fabricar nuevos vehículos, lo que se traduce en menos movimiento de piezas, menos actividad transportista. Creo que para ésta, el tercer trimestre de 2009 va a ser aún peor que el segundo”, dijo Yttenberg. Leif Östling indicó que aún era pronto para evaluar el efecto que en los costes estaba teniendo la semana laboral de 4 jornadas acordada hace poco tiempo con los sindicatos, por lo que habría que esperar para ello a finales del año en curso.