La crisis de la construcción y del sector de la automoción pasan factura al puerto de Santander, cuyo tráfico registró una disminución del 12 por ciento en 2008, con un movimiento de 5,4 millones de toneladas. Así lo anunció el presidente de la dársena, Christian Manrique, que achacó este retroceso a la fuerte caída de los tráficos de clínker, materia prima para la fabricación de cemento, el carbón y los automóviles. Manrique defendió que la pérdida se tráficos se enmarca en un contexto de bajada generalizada en el conjunto del sistema portuario español y lanzó un mensaje optimista, ya que en su opinión “los descensos son recuperables”, si bien los primeros seis meses del año serán “complicados y difíciles”.
En este sentido, el presidente del organismo portuario prevé duplicar las toneladas de carbón pactadas con Iberdrola en 2009 -cuya fábrica de Guardo ya ha reanudado su actividad- tráfico que podría alcanzar el “régimen de normalidad” en el año 2010. También se mostró optimista con las previsiones del tráfico de clínker, ya que “lo que no se consuma se exportará en forma de cemento por la actividad de la compañía Cementos Alfa”, que opera una terminal en el puerto de Santander.
Por último, en cuanto al movimiento de vehículos, el objetivo de la entidad portuaria es captar nuevas marcas para ampliar su cartera de clientes y que en tiempos de bonanza incremementen sus volúmenes a través de la dársena. En este sentido, aunque de forma coyuntural, destacó el tráfico de 10.000 ‘Polos’ de VW a Alemania, dentro de los planes ‘prever’ impulsados por la UE.
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