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La demolición de Bunge abre paso a un futuro complejo de oficinas en el puerto de Valencia

La Autoridad Portuaria reordenará 150.000 m2 en el Sur de la dársena, acometerá la ampliación del Muelle Turia para carga rodada e invertirá en nuevos accesos terrestres.

La demolición de la factoría de Bunge abre paso a un futuro complejo de oficinas en el puerto de Valencia de acuerdo a los planes de la Autoridad Portuaria en la zona sur de la rada. En los dos próximos años se reordenarán 150.000 m2 de suelo, se acometerá la ampliación del Muelle Turia para carga rodada y se harán nuevos viarios

El desmantelamiento de las antiguas instalaciones de la factoría de aceites y grasas de Bunge Ibérica en el puerto de Valencia abrirá paso a una reordenación de espacios en el Sur de la dársena. La empresa Magma terminará las obras antes del próximo 9 de abril. Tras la demolición de los silos de la vieja factoría de aceites, que ocupaba 64.000 metros cuadrados, el puerto dispondrá de una serie de pastillas de terreno en la zona, un total de 150.000 metros cuadrados, que se pretende compatibilizar para su uso mixto dentro del binomio puerto-ciudad. La superficie que se tiene que reurbanizar comprende desde el puente de Astilleros, donde está ubicada la sede de la Autoridad Portuaria, hasta la Zona de Actividades Logísticas, un corredor de suelo junto al barrio de Nazaret.

Hay que apuntar que esta zona de la ciudad de Valencia fue una de las más castigadas por la ampliación del puerto, que acabó con la histórica playa. Con el nuevo planteamiento urbano y portuario que se quiere dar a la zona se pretenden generar nuevas zonas para el uso ciudadano, respondiendo a una reivindicación histórica de los vecinos del antiguo barrio marinero. Y por otro lado, la Autoridad Portuaria que preside Rafael Aznar quiere lograr financiar la operación urbanística con la futura generación de nuevas actividades comerciales en la zona.

El proyecto estrella es la generación de un moderno complejo de oficinas para el uso de la comunidad portuaria y logística, de acuerdo a los planes trazados por la dirección de la Autoridad Portuaria. Manuel Guerra, director de Panificación de la Autoridad Portuaria, ha asegurado a TRANSPORTE XXI que “los usos inmobiliarios de la zona aún los desconocemos, pero queremos llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento para establecer la edificación máxima para oficinas de las empresas portuarias”. La delimitación de usos portuarios para la zona establece que en esta zona urbanizable tiene que haber un uso mixto complementariocomercial e interacción puerto-ciudad. El puerto quiere “una transición amable” con la ciudad, dentro de un esquema de usos mixtos que se están negociando con el Ayuntamiento y los vecinos de la zona.

En este sentido, Guerra advierte que “no va a haber ninguna cesión de suelo a la ciudad”, matizando que “los edificios posibles serán los máximos permitidos” dentro del objetivo del puerto de poder financiar con su venta o alquiler la operación de reordenación de toda la zona, que contará con un nuevo viario terrestre, lo que supondrá una importante inversión para la Autoridad Portuaria. El puerto de Valencia quiere mantener una gran cantidad de espacios libres en la zona y “tenemos que delimitar con el Ayuntamiento quién financia posteriormente cada cosa”, matizando que “para levantar una torre de oficinas tiene que estar aprobado el planeamiento por lo que esperamos que a partir del segundo semestre de 2015 se darán las condiciones urbanísticas necesarias para que en esta zona puedan promoverse actuaciones de oficinas o utilizaciones complementarias a la actividad portuaria, pero nunca contenedores”.

Los pasos urbanísticos que debe seguir la Autoridad Portuaria son la aprobación del documento de delimitación de espacios urbanísticos, actualmente en información pública, y en segundo lugar, la realización de un plan especial para los 150.000 metros cuadrados de la pastilla de terreno de la zona sur que trazará el planeamiento definitivo de acuerdo a las negociaciones abiertas con el Ayuntamiento.

Por otro lado, con la demolición de los silos de la vieja factoría de Bungé Ibérica, el actual Muelle Turia podrá ganar nuevos espacios terrestres para el tratamiento de la carga rodada, pasajeros y operaciones de proyectos que se vienen realizando actualmente. El objetivo es optimizar la atención a compañías navieras como Baleària o tráficos de vidrio de operadores logísticos como Romeu, así como la salida de los transportistas terrestres de la vecina terminal de graneles sólidos que gestiona la firma Temagra.

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