El sueco Hakan Samuelsson no ha podido aguantar la presión de Ferdinand Piëch, que pretende convertir al fabricante alemán en una mera marca del grupo Volkswagen.
La repentina dimisión del presidente de MAN, Hakan Samuelsson, pone al grupo alemán que presidía en una difícil encrucijada de cara al futuro. Samuelsson no ha podido aguantar la presión de Ferdinand Piëch, la mano que maneja los intereses del grupo Volkswagen, que pretende convertir a MAN en una mera marca de la primera
El sueco Hakan Samuelsson, presidente del grupo MAN, artífice de una de las más profundas y exitosas transformaciones corporativas que se recuerdan en la industria del motor, ha presentado repentinamente su dimisión. La noticia corrió como un reguero de pólvora al que se prende fuego y nadie acierta muy bien a explicar los motivos de semejante decisión, ya que Samuelsson había llevado a cabo, desde su llegada a la división de vehículos industriales del grupo, una brillantísima gestión, dando la vuelta por completo a la imagen y la organización de la compañía, considerada hasta su llegada como una de las más conservadoras de la industria del automóvil. Esa labor continuó después con todo el grupo MAN cuando en 2005 Samuelsson fue nombrado presidente del mismo.
La versión cuasi oficial de los motivos que han llevado a Samuelsson a tomar esa decisión trata de centrarlos en el escándalo de sobornos por valor de 16 millones para conseguir contratos de venta de camiones y autobuses que salió a la luz en mayo. Samuelsson tenía que presentar un informe sobre la investigación del grupo sobre este asunto en colaboración con un auditor externo en la primera quincena de diciembre ante el comité de seguimiento de MAN, presidido por Ferdinand Piëch, la mano que maneja los intereses del grupo Volkswagen. Sin embargo, algunas personas piensan que lo del escándalo es sólo la cara visible de un problema que tiene mucho más que ver con el enfrentamiento entre Samuelsson y Piëch, que data del momento en que Samuelsson se atrevió a lanzar una OPA sobre Scania, una compañía en la que el grupo Volkswagen tenía una considerable participación.
El atrevimiento de Samuelsson desencadenó la ira de Piëch que respondió haciendo que Volkswagen adquiriese una participación en el capital de MAN. Pero Samuelsson era un hueso duro de roer y la transformación que había logrado en MAN, convirtiendo a este grupo en un negocio muy rentable, había hecho que la cotización de las acciones de éste subiera mucho en la bolsa y que el sueco fuese muy apreciado por el resto de los accionistas de MAN. Además, Samuelsson enseñó las uñas haciendo que a su vez MAN tomase una participación en Volkswagen.
Aquello debió ser mucho más de lo que Piëch estaba dispuesto a tolerar y ordenó que Volkswagen consiguiese una participación mayoritaria de las acciones de Scania cuyo comité de supervisión pasó a ser presidido por el propio Piëch. Casi al tiempo, Piëch atacó adquiriendo una fuerte participación del grupo MAN, que terminaría por controlar, pasando a ser también el presidente del comité de supervisión de este grupo. Pero entonces llegó la crisis y el mercado de vehículos industriales se hundió, con lo cual Piëch, embarcado en ese momento en una dura batalla por el control de Porsche, para el que necesitaba grandes cantidades de dinero, optó por transferirle a MAN los intereses de Volkswagen do Brasil en el mundo de los vehículos industriales.
Sin embargo, en lugar de integrar esos intereses en la estructura de MAN, lo que habría venido a fortalecer la posición de Samuelsson, Piëch optó por crear una marca independiente, aunque con el nombre de MAN Latinoamérica. Fue entonces cuando se comenzó a hablar de la posibilidad de integrar también a la propia MAN como otra marca más del grupo Volkswagen.
Ciertamente, aunque sin quererlo, Samuelsson, con el saneamiento del grupo MAN y la concentración en el negocio de los camiones y autobuses que ha llevado a cabo en los últimos años, va a poner en bandeja a Piëch una estructura limpia y rentable que éste podrá integrar mucho más fácilmente como una marca más en el grupo Volkswagen. Ahora, mientras se busca un sustituto para Samuelsson, al frente del grupo MAN estará Georg Pachta- Reyhofen, responsable precisamente de MAN Diesel, la división de grandes motores del grupo alemán.