Andreas Renschler, responsable de Daimler Trucks, confía en que la demanda mundial de camiones registre un “crecimiento moderado” tras la caída del 45% en el año 2009.
La división de camiones del grupo germano Daimler espera cerrar este año con unos 200 millones de euros de beneficios antes de impuestos e intereses. Renschler, responsable de Daimler Trucks, confía en que la demanda mundial de vehículos industriales registre un “crecimiento moderado” tras la caída del 45% en 2009
Daimler Trucks, la división de camiones del grupo germano Daimler, espera cerrar 2010 con unos 200 millones de euros de beneficios antes de impuestos e intereses, en tanto que la división de furgonetas podría llegar incluso a los 250 millones de euros. Así lo anunció Andreas Renschler, responsable de la división Daimler Trucks, que confía en que la demanda mundial de vehículos industriales registre un crecimiento moderado respecto a la del año pasado.
En concreto, para la región NAFTA (Estados Unidos, Canadá y México), prevé un avance de entre un 10 y un 15 por ciento en las categorías de tonelaje medio y pesado, tras más de tres años de contracción de la demanda de tales vehículos. Para Europa, Renschler considera que la demanda de camiones ligeros sea ligeramente superior a la del año 2009, pero expresó sus temores de que en el segmento de 6 toneladas en adelante no se experimente recuperación apreciable de las ventas.
En cuanto a los resultados del pasado ejercicio, Daimler Trucks vio como sus ingresos bajaban un 36 por ciento, quedando en sólo 18.400 millones de euros en 2009, lo que hacía que sus pérdidas antes de impuestos e intereses se fuesen a los 1.001 millones de euros, resultado muy alejado de los 1.607 millones de euros de beneficios antes de impuestos e intereses alcanzados en ejercicio anterior. Entre las causas de tan negativa evolución se encuentra la crisis económica mundial, que hizo que las ventas de camiones se redujeran a 259.300 unidades el pasado año, frente a las 472.100 vendidas en 2008 (-45,1 por ciento).
Otra fuente de cargas financieras (340 millones de euros) fue la reorganización de las actividades de la compañía alemana en Norteamérica (Freightliner) y Japón (Mitsubishi Fuso). La división Mercedes-Benz Vans, que fabrica y vende las furgonetas de dicha marca, entregó 165.600 unidades en 2009, cifra que, aunque sensiblemente inferior a la de 2008 (287.200), permitió que la división de furgonetas arrojase unos beneficios antes de impuestos e intereses de 26 millones de euros, frente a los 818 millones de beneficios de 2008. La facturación por furgonetas fue de 6.200 millones de euros, un 34 por ciento inferior a la de 2008.
Por otro lado, el grupo Daimler ha aceptado abonar una sanción de 200 millones de dólares (unos 148 millones de euros) a la Security and Exchanges Commission (SEC), que controla las operaciones en la bolsa de Nueva York. La SEC abrió una investigación por el supuesto abono de sobornos y comisiones a terceras partes en las ventas de vehículos industriales de Daimler en el año 2004.
El asunto saltó a la luz cuando David Bazetta, un auditor de la división de la entonces DaimlerChrysler, presentó una reclamación alegando que había sido despedido por poner en evidencia la existencia de cuentas secretas en las que se efectuaban los supuestos pagos irregulares que transgredían las leyes de Estados Unidos. A consecuencia del citado escándalo de sobornos y comisiones, salieron de la compañía 15 altos cargos alemanes, contándose entre las dimisiones la de Wolfgang Diez, presidente ejecutivo de Evobus, la división de autobuses y autocares de Daimler, y Wolfgang Pressinger, responsable del producto Mercedes- Benz en EvoBus.