Las dos navieras que participan, Grandi Navi Veloci y Grimaldi Napoli, captan usuarios para sus servicios con esta iniciativa.
La Escuela Europea de Short Sea Shipping, que se puso en marcha en septiembre de 2006, se está convirtiendo en un buen negocio para las dos navieras italianas que participan en esta iniciativa, Grandi Navi Veloci y Grimaldi Napoli. Ambas han captado clientes de los cursos que se celebran a bordo de sus barcos.
La Escuela Europea de Short Sea Shipping, promovida inicialmente por el puerto de Barcelona, se ha convertido en una cantera de clientes para las dos navieras italianas que participan en esta iniciativa, Grandi Navi Veloci y Grimaldi Napoli. Un total de 712 alumnos han pasado por los 14 cursos que se han realizado desde que se puso en marcha la escuela, en septiembre de 2006.
“Hemos captado responsables de empresas que han participado en la escuela, que utilizaban exclusivamente el camión y ahora optan por embarcarlo para Italia”, según ha señalado Antonio Vargas, director general de Grimaldi Logística España, filial de Grimaldi Napoli. Hay operadores de transporte que, tras asistir a los cursos, “salen convencidos de la utilidad del short sea shipping”, añade el directivo. El mismo balance positivo hace la otra naviera participante en la iniciativa, “nos da oportunidad de establecer contactos y algunos contactos se han convertido en negocio”, asegura Antonio Pedevilla, responsable de carga de Grandi Navi Veloci.
Y es que la Escuela Europea de Short Sea Shipping contribuye a que “se entiendan las ventajas” de este tipo de transporte, añade el director del proyecto Eduard Rodés. “El barco no siempre es la mejor solución, pero en muchas ocasiones sí lo es y sale más rentable que utilizar exclusivamente la carretera”, y los participantes de los cursos tienen las herramientas para saberlo.
Una de las principales novedades de esta acción formativa es que se desarrolla, durante cuatro días, a bordo de un buque de Grandi Navi Veloci o de Grimaldi Napoli, que cubren los servicios regulares que ambas navieras tienen entre Barcelona e Italia. Además de la autoridad portuaria y de las dos navieras, forman parte de la iniciativa los puertos de Génova y Civitavecchia.
La escuela, que cuenta con una subvención de 993.750 euros de las ayudas comunitarias del Programa Marco Polo, dura dos años, hasta septiembre de 2008, aunque sus promotores pedirán una prórroga de dos meses, “lo máximo que podemos”, añadió Rodés. Ante los buenos resultados, sus promotores han decidido continuar, ampliarla y solicitar nuevas ayudas a la Unión Europea.
El objetivo es que, a partir de 2009, se puedan sumar participantes de Marruecos, Egipto, Túnez y Argelia, así como de países del norte de Europa. Además, en 2008, se pondrá en marcha un curso piloto, en este caso, un tren escuela “para fomentar la intermodalidad y que cuando el ferrocarril sea una opción por distancia, coste, frecuencia y tiempo, sea lo suficientemente conocido”, dijo Rodés. De llegar a buen puerto esta experiencia, se pedirán también ayudas comunitarias.