El sector transitario destaca el “demoledor impacto económico” que genera el desvío del tráfico de contenedores por la huelga en las terminales de la costa Este y Golfo de Estados Unidos a las puertas de la campaña navideña.
Los peores augurios se confirman para una cadena de suministro que este mes intensifica su actividad para atender la temporada navideña, y con la crisis del mar Rojo como telón de fondo, cuya resolución geopolítica se complica a pasos agigantados.
La última propuesta presentada por la patronal americana United States Marine Alliance (USMX) a los estibadores agrupados en la International Longshoremen’s Association (ILA), que suponía “aumentar los salarios casi un 50 por ciento, triplicar las contribuciones de la empresa a los planes de jubilación de los empleados portuarios, reforzar la asistencia sanitaria y mantener el lenguaje actual en torno a la automatización de las terminale”, no ha logrado desatascar las negociaciones del nuevo contrato de los trabajadores portuarios (convenio colectivo).
Hoy, 1 de octubre, ha arrancado la huelga convocada por la asociación ILA, que preside Harold Daggett, en las terminales portuarias de la costa Este y del Golfo de Estados Unidos, a la que se han sumado sus homólogos del puerto canadiense de Montreal, Maritime Employers Association (MEA). Se trata de la primera huelga portuaria que sacude el país desde 1977.
Desde la Federación Española de Transitarios (Feteia-Oltra) ven con mucha preocupación la huelga dadas las grandes dificultades para readaptar a otros puertos la mayor parte de tráfico que se mueve en las 36 terminales de contenedores de la costa Este y del Golfo de Estados Unidos, que mueven más del 50 por ciento de la carga, y a la que se han añadido las de Viau y Maisonneuve, en Montreal, el segundo de Canadá tras Vancouver, con 1,5 millones de TEU en 2023.
Víctor Martín, presidente de Ateia-Euskadi y director de la transitaria Decoexsa Bilbao, revela que “el tráfico marítimo ya se está desviando a la costa Oeste de Estados Unidos, especialmente a los puertos de Los Ángeles y Long Beach, ambos con unos movimientos que se acercan al millón de TEU mensuales”, que pulverizarán sus registros de 2023, con más de ocho millones de cajas cada uno.
A su juicio, “pese al elevado riesgo de saturación de los puertos estadounidenses de la Costa Oeste, la alternativa de las terminales de México es todavía mucho más compleja al añadirse las dificultades de la limitada capacidad del modo ferroviario junto con la barrera aduanera”.
Sin embargo, Martín incide en que este cambio de rutas marítimas de los portacontenedores de la costa Este a la Oeste, “que tardará meses en la normalización de los tráficos marítimo, y cuyo colapso se extenderá al transporte por carretera y ferroviario, supone un impacto económico demoledor para el import/export, con una cadena de suministro global más ineficiente, al generar sobrecostes y retrasos, que repercutirán, inevitablemente, en el consumidor final al encarecerse los productos con escasez en el mercado”.
El presidente de Ateia-Euskadi considera que “la industria alimentaria, especialmente la que se transporta en contenedores reefer, junto con la de automoción, serán los sectores más afectados” por la huelga de la estiba convocada por la asociación de estibadores ILA.
Para dar respuesta a las mercancías de mayor valor, Víctor Martín también contempla el crecimiento del transporte de carga aérea con Estados Unidos, así como de soluciones intermodales que incorporen dicho modo”.
La huelga afecta a unos de los principales socios comerciales de España, con un volumen de negocio que superó los 47.000 millones de euros el pasado año entre importaciones y exportaciones, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Entre las primeras señales de la difícil situación que se avecina, la consultora danesa eeSea, que monitorea todos los horarios y movimientos de los buques, registra, a fecha de hoy, un total de 260 buques con una previsión de llegada durante los próximos 7 días a los puertos afectados por la huelga.
Por su parte, el analista marítimo John McCown, reveló que alrededor del 16 por ciento de la flota mundial de transporte de contenedores está desplegada en servicios a las costas Este y del Golfo de Estados Unidos, un porcentaje que “es el doble de la reducción de la capacidad general de la industria como consecuencia de la crisis del Mar Rojo”.
En la misma línea, la consultora Drewry ha alertado que “una huelga prolongada podría interrumpir las cadenas de suministro hasta bien entrado 2025, no solo causando demoras en los puertos estadounidenses, sino también impactando los cronogramas de envío globales, la disponibilidad de suministro y las tarifas de flete de contenedores, especialmente en Europa y Asia.