Fomento defiende la intervención pública en la estiba, aunque en Europa las autoridades portuarias no desempeñan ningún papel.
Los terminalistas españoles miran con sana envidia a Europa donde existe la libertad de contratación y donde los pools son privados y con cierta inquietud a a lo que está pasando en el norte de África. Mientras Fomento defiende la intervención pública en la estiba, en Europa las autoridades portuarias no desempeñan ningún papel
El negocio de la estiba en España mira con sana envidia cómo se gestionan en Europa los recursos humanos en los puertos y con cierta inquietud lo que está sucediendo en el norte de África. Tras la constitución hace seis meses de las primeras quince APIEs, tal como fija la Ley de Puertos, el anuncio de la confección de otro borrador que modifique el actual estatus de las estibadoras inquieta a los principales grupos empresariales. El negocio teme una nueva injerencia de la administración en sociedades legalmente constituidas, ya que el actual equipo de Fomento defiende la exclusividad y el control público de la estiba, cuando “lo que debería hacer es optimizar el mercado laboral, porque si no los buques se irán a Tánger”, señalaban a este periódico fuentes de la patronal Anesco. Y es que la situación en España ha sido anómala desde 1986.
En Europa existe la libertad de contratación y los pools, las empresas que distribuyen el personal, son privados, según se analiza en un informe realizado sobre el sistema estibador en Europa por la patronal Anesco. El informe, al que ha tenido acceso este periódico, analiza la composición de los pools de estiba en los principales países europeos. En Alemania, Holanda, Portugal y Bélgica existen actualmente pools privados. Por ejemplo, en el puerto de Hamburgo la empresa GHB está dirigida por las empresas estibadoras y logísticas, con la ayuda del sindicato, y la autoridad portuaria no participa.
En Holanda, el pool se ha transformado en una empresa operada privadamente, donde la autoridad portuaria no participa, aunque se pone gran énfasis en la contratación directa por parte de los operadores de terminal y el pool, cuya utilización está decayendo, proporciona mano de obra sólo en momentos de tráfico máximo. En Portugal, los pools son privados, sin injerencia de las autoridades portuarias. En Bélgica existen pools autónomos, donde los puertos no juegan ningún papel y la administración de los salarios se realiza a través de centros con representación de empresarios y trabajadores.
Por su parte, la libre contratación de trabajadores está extendida en países como Irlanda, donde las estibadoras contratan directamente, aunque en el puerto de Cork hay pool privado, mientras que en los puertos de Reino Unido no se conocen los pools y lo normal es que el concesionario privado de un puerto contrate directamente. En Estonia tampoco existe el pool y en Finlandia fueron abolidos en los años sesenta y los trabajadores son directamente contratados por las estibadoras.
Por otro lado, Francia ha cambiado el sistema de pools públicos por un estatus de contratación fija, aunque sólo 200 trabajadores siguen en este estatus, basado en contratos temporales y los gruístas, en varios puertos galos, todavía pertenecen a las autoridades portuarias, cuya transferencia al sector privado ha causado serios problemas laborales en los últimos meses en Francia.
Sin embargo, el sistema no es homogéneo en Francia, ya que en Marsella se ha establecido un nuevo pool privado, que subsiste junto al antiguo pool público, en decadencia. Y por último, Suecia tiene un sistema diferente al resto, ya que en los principales puertos suecos, autoridad portuaria y estibadoras son una empresa integrada y los portuarios son contratados por esta empresa mixta.