Los sindicatos de estiba y la patronal Anesco están reanudando las negociaciones del IV Acuerdo Marco. Lejos queda el año 2005 cuando Coordinadora y Anesco firmaron unas bases para posteriormente acordar un convenio que fue denunciado por Puertos del Estado y Fomento y que terminó en la Audiencia Nacional con una multa millonaria de Competencia en 2009 porque transgredía los ámbitos. Tras aquello, no cambió el objetivo patronal: ajustar costes y ser competitivos. Sí evolucionó el mercado. Hay nuevos actores.
En los últimos ocho años se han posicionado en España gigantes de la estiba como Hutchison y DP World, navieras como Hanjin y MSC con sus propias terminales se sumaron a Maersk, mientras que grupos como TCB y la emergente Noatum se impulsan de la mano de fondos de inversión. También hubo una crisis, que aún colea en muchas dársenas con EREs en la estiba. El futuro acuerdo, que tendrá que recoger las nuevas sensibilidades, debe validarlo el mercado, es decir, las navieras.
Hoy la proa no tiene otro horizonte que reforzar el milagro portuario. Hay que posibilitar la compatibilidad de un desarrollo gradual de la liberalización de las férreas estructuras existentes en las actuales sociedades de estiba con la libertad de contratación. Debe ser un objetivo incuestionable. Hoy España debe reducir costes logísticos, tanto en la manipulación de automóviles como en el tránsito de contenedores.
La conectividad está en juego. Se necesitan profesionales formados, pero también hay que apostar por más automatización y ajustar procesos y la composición de equipos de trabajo es clave. ¿Dará la estiba un paso adelante?
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