La dársena empieza a tomar cuerpo mientras espera la llegada de Pérez Torres, Galigrain y Repsol, que ya tramitan su traslado.
La estibadora TMGA desembarca en el puerto exterior de La Coruña, donde levantará una nave para el almacenamiento y distribución de graneles sólidos y mercancía general. Se trata de la primera concesión en la nueva infraestructura portuaria, que empieza a tomar cuerpo mientras espera la llegada de Galigrain, Pérez Torres y Repsol
El puerto exterior de La Coruña, que en su máximo desarrollo pondrá a disposición de los operadores un total de 250 hectáreas de explanadas terrestres, empieza a tomar cuerpo. El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, que preside Enrique Losada, ha dado luz verde al proyecto de la empresa estibadora Terminales Marítimos de Galicia (TMGA), que levantará en la zona de expansión de la dársena una nave para el almacenamiento y distribución de graneles sólidos y mercancía general. Se trata de la primera concesión que se otorga en la nueva infraestructura portuaria, que ya espera la llegada de los operadores Galigrain, Pérez Torres Marítima y Repsol, que están tramitando actulamente su traslado.
Además, la mexicana Pemex también ha pedido sitio para desarrollar una terminal de graneles líquidos de la mano de su filial PMI Holdings Petróleos España. Hasta la fecha, sólo opera en el puerto exterior de La Coruña mediante una autorización la empresa Hormigones Carral, que mantiene una línea regular de importación de cemento. La estibadora TMGA, participada por los grupos Erhardt, Noatum y Bergé y Cía, construirá un almacén de 5.200 metros cuadrados de superficie, con posibilidad de ampliación a 20.000 metros cuadrados en el futuro.
El operador espera arrancar las obras este mes y confía en poder estrenar sus nuevas instalaciones entre finales de este año y principios de 2015, según avanzaron a TRANSPORTE XXI fuentes de la compañía. La previsión de TMGA, una de las principales estibadoras del puerto coruñés, con un tráfico de 3,5 millones de toneladas anuales, es alcanzar un movimiento de 100.000 toneladas al año en la nueva concesión, en una fase inicial. La inversión estimada asciende a 1,8 millones de euros para la construcción de la nueva nave, que se añadirá a la instalación de los equipos necesarios para las labores de estiba, lo que elevará el desembolso a los 5,5 millones de euros. Por otra parte, el Consejo de Administración de la entidad portuaria también aprobó la licitación de la segunda fase del contradique del puerto exterior, con un presupuesto de 47,5 millones y un plazo máximo de ejecución de dos años.
NUEVOS MUELLES
Se trata de la principal inversión prevista en la tercera fase de las obras de expansión del puerto de La Coruña. La obra tiene como finalidad completar el abrigo de la lámina de agua de la dársena, para mejorar, de esta manera, la operatividad del puerto y facilitar la construcción de nuevos muelles, según informó el organismo portuario a través de un comunicado. El contradique, del que en la primera fase se construyeron 550 metros, llegará a 1.300 metros. Se completa con un segundo espigón, ya ejecutado, destinado a proteger la toma de agua de la central térmica de Sabón.
En el proyecto del contradique se incluye asimismo la construcción de un nuevo muelle de 300 metros, en la misma alineación que el actual muelle de 900 metros que ya se utiliza para la carga y descarga de mercancías. De esta forma, las instalaciones del puerto exterior pasarán a disponer de 1.200 metros de línea de atraque, que se incrementarán en el futuro.
El proyecto contempla, además, la ampliación de la superficie portuaria en cuatro zonas que suman 12 hectáreas, con lo que se alcanzarán las 184 hectáreas disponibles para los operadores, y se construirá una nueva mota de cierre en la explanada sur, que quedará preparada para acometer un relleno posterior y ganar otras 25 hectáreas de explanada. La Autoridad Portuaria también aprobó la ampliación de la actual explanada de operaciones contigua al muelle para facilitar las operaciones de carga y descarga.