Un estudio de la IRU advierte del peligro de la internalización de costes para la economía.
Un estudio encargado por la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU) señala que la aplicación de un sistema de internalización de los costes externos de la carretera sólo puede tener efectos negativos sobre las economías europeas en el corto y en el largo plazo. España sería uno de los países europeos más afectados
El estudio realizado por el gabinete ProgTrans y encargado por la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU) pone cifras al impacto económico del proyecto de “internalización de costes del transporte por carretera” de la Unión Europea. El programa se reduce a la puesta en práctica de una política tarifaria que haga que los transportistas paguen por los inconvenientes que provoca su actividad (ruido, contaminación, accidentes, etc).
El actual proyecto de adaptación de la Euroviñeta prevé varios escenarios de tarificación de dichos costes externos. La IRU no está en contra de la adaptación de la Euroviñeta para imponer dichas cargas a las empresas de transporte, pero advierte de las consecuencias que puede conllevar. El informe de ProgTrans señala que dichas consecuencias pueden ser enormes. Actualmente, los poderes públicos de 27 países objeto del estudio perciben 10.650 millones de euros como resultado de todos los impuestos aplicados al transporte por carretera.
Esta cantidad podría ascender a 414.000 millones de euros en 2030 sobre la base de una imposición máxima de los costes externos. En 16 países, la tasa tendría un impacto negativo sobre la economía, siendo España uno de los países más afectados. El PIB se reduciría de forma notable (en el caso de España, y en el escenario de máxima aplicación de la tasa, el impacto negativo sería de 4.406 millones de euros), ya que los cargadores tendrán que pagar mucho más por el transporte, lo que a su vez tendría un efecto reductivo en la base de imposición fiscal. De hecho, de todos los países estudiados, sólo Alemania y Francia obtendrían un balance positivo entre el ingreso por la internalización de los costes externos y el debilitamiento de su economía.
Según Steffan Rommerskirchen, director general de ProgTrans, “el estudio demuestra también que en el caso de que la factura de la carretera integrara unos costes externos excesivos, esta podría ascender a 436.000 millones de euros anuales, sin que por ello se pudieran aplicar medidas eficaces para suprimir los costes externos”. La Unión Internacional de Transporte por Carretera añade a esta conclusión el carácter totalmente discriminador del programa, pues sólo afecta a un modo de transporte, la carretera, y deja exentos al ferrocarril, el aéreo y el marítimo.