El director general del Tránsito se enroca y no cambiará el calendario de prohibición a la circulación de camiones hasta que las asociaciones retiren las impugnaciones.
El director general de Tránsito de Cataluña, Josep Pérez Moya, no se reúne con el transporte hace nueve meses, desde que la patronal Cetcat recurrió, por segundo año consecutivo, las restricciones a la circulación de camiones. Pérez Moya no cambiará la filosofía de las prohibiciones de mantenerse las impugnaciones de 2008 y 2009
El director general del Servicio Catalán de Tránsito, Josep Pérez Moya, no ha encajado nada bien los recursos que las principales asociaciones del transporte han presentado contra las restricciones de circulación a los vehículos pesados de 2008 y 2009. Hasta el punto que este organismo autonómico, que tiene las competencias de tráfico en Cataluña, no se reúne con las organizaciones que agrupan al sector, la patronal del transporte Cetcat y la de autónomos y pymes Cot, desde mediados de enero. Está en el aire desde hace casi dos años la creación de una comisión mixta con las asociaciones para analizar las restricciones y otros temas del sector, a la que se comprometió Tránsito a principios de 2008.
El cabreo de Pérez Moya se puso en evidencia en la reunión en julio del Comité Nacional del Transporte por Carretera con las direcciones generales de Tráfico del Gobierno central, Cataluña y el País Vasco. Pérez Moya señaló que no se volvería a reunir con el transporte catalán hasta que éste no retirara los recursos contra las restricciones que la Cetcat, con la adhesión de la Cot, ha presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
A raíz de la polvareda que levantaron estas declaraciones, Pérez Moya las matizó: dejó la puerta abierta a las negociaciones, eso sí, puntualizando que no se cambiará la filosofía de las prohibiciones mientras se mantengan las impugnaciones, según han señalado fuentes asistentes a la reunión. “Es inadmisible que se nos presione por ejercer un legítimo derecho. Cuando la negociación se agota, la única opción que nos queda es acudir a los tribunales si consideramos que resultan perjudicados los derechos y los intereses económicos de nuestros asociados”, señalaron fuentes de la patronal Cetcat.
De hecho, Tránsito prácticamente no negoció las restricciones de 2009 cuando la Cetcat ya había recurrido las de 2008. “A finales del pasado año, nos presentaron las restricciones de 2009 sin posibilidad de negociar”, añadieron estas fuentes. La filosofía de Tránsito en materia de restricciones contra la que clama especialmente el transporte catalán es la prohibición a la circulación de camiones en días de operaciones especiales y en determinadas franjas horarias en toda la autopista de peaje AP-7 en ambos sentidos, que atraviesa Cataluña y que es la principal vía de enlace con Francia, con lo que resulta afectado tanto el transporte con origen y destino en Cataluña como el internacional que cruza Los Pirineos.
Para las asociaciones de transportistas, es incompresible que la restricción afecte a toda la autopista cuando los problemas circulatorios se dan en puntos muy determinados. Los tramos de kilómetros restringidos en la AP-7 han crecido el 326 por ciento en los últimos nueve años. Y de los dos días anuales con restricciones en la AP- 7 de 2000 se han pasado a los 19 días en 2008 (tres menos en 2009), según la Cetcat.
A tenor de las palabras de Pérez Moya, las restricciones en 2010 continuarán incluyendo toda la AP-7. “Nosotros no vamos a renunciar a continuar impugnándolas si consideramos que se lesionan los intereses de nuestras empresas”, aseguraron desde la Cetcat. La Cámara de Comercio de Barcelona ha terciado en el conflicto y pide que las restricciones se consensúen con el conjunto del sector.