Los camiones estarán obligados a circular por la AP-7, con unos peajes bonificados que “no compensan”, replicándose el modelo implantado en la N-II hace cuatro años
La obligatoriedad del desvío de vehículos pesados de la carretera N-340 a la autopista AP-7 en Tarragona, a partir de enero, perjudicará a las empresas de transporte catalanas, aunque se bonifiquen los peajes, como se ha demostrado en la primera experiencia, hace cuatro años, en la N-II en Gerona, según las asociaciones del sector.