Penaliza los costes operativos de couriers y agentes de handling.
La Guardia Civil continúa poniendo trabas a la inspección de la carga aérea con perros tres años después de la entrada en vigor del Reglamento europeo que así lo permite. La actitud de este cuerpo de seguridad del Estado está penalizando en la práctica los costes operativos de compañías courier y agentes de handling de carga
Tres años después de la entrada en vigor del Reglamento europeo 573/2010 que lo autoriza, ningún perro de detección de explosivos ha logrado superar las pruebas de certificación para asegurar la mercancía en las terminales aeroportuarias en España. Según fuentes del sector, “la Guardia Civil está siendo mucho más estricta en estos exámenes que los cuerpos de seguridad de otros Estados de la Unión Europea”. Por este motivo, desde la sección Courier de la patronal UNO se reclama a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) que “se implique mucho más en este asunto y adopte las medidas necesarias para que en España también existan perros certificados”.
De hecho, se da la paradoja de que las mismas compañías de seguridad que tienen acreditados perros en otros países de la Unión Europea no consiguen el visto bueno correspondiente en nuestro país. Esta situación está provocando una penalización en los costes operativos de las compañías courier y en los agentes de handling de carga que operan en las primeras líneas de nuestros aeropuertos.
Las mismas fuentes consideran que Aesa debe emplearse en negociar con la Guardia Civil para que no sea tan estricta en los exámenes que somete a los perros y que mantenga el mismo nivel de rigurosidad que se da en el resto de países de la UE, “no mucho mayor, como pasa ahora”. Otra de las paradojas de este asunto es que en nuestro país están entrando como mercancías seguras las que han sido inspeccionadas por perros certificados en otros países europeos, “lo que no tiene mucho sentido”. En la actualidad, las compañías afectadas se ven obligadas a la utilización de métodos más costosos, como es el caso de la inspección de envíos de carga con equipos de rayos X o escáneres de seguridad, que además tienen importantes desventajas operativas por el manejo de los bultos.
A esto se suma un incremento importante de la cantidad de mercancías a inspeccionar como consecuencia de la reducción del número de expedidores conocidos con el cambio de procedimiento de la AESA en abril de este año. De esta manera, muchas más mercancías han de ser sometidas a inspección de seguridad antes de entregarlas a las compañías aéreas.
Desde la sección Courier de UNO ya se ha dejado claro a AESA que “en lugar de soportar el precio de la factura para dotarnos, operar y mantener suficiente número de equipos de rayos X, encontraríamos preferible optar por la posibilidad de trasladar una parte importante de nuestros costes fijos mediante el pago a un tercero por la prestación del servicio de inspección de seguridad en función del volumen de la mercancía procesada”. Por lo que la opción de la certificación de perros de detección de explosivos sería una solución idónea para el sector, tal y como ya se está comprobando en muchos de los países de nuestro entorno.