El presidente de Puertos del Estado, José Llorca, ha reconocido que la actual legislación, pactada entre PSOE y PP en la anterior legislatura, no se cumple a sólo unos meses de celebrarse dos años de su publicación en el Boletín Oficial del Estado. Una legislación ambiciosa y moderna, que abre pequeñas ventanas a una liberalización de los muelles introduciendo la negociación para lograr un abaratamiento de los costes. La principal preocupación de los puertos hoy debería ser contener sus gastos, ser austeros en las inversiones con serios planes de negocios y recortar su endeudamiento para incrementar la rentabilidad, lo que produciría el sano efecto de rebajar las tasas a sus clientes, pero también batallar por una mayor competitividad en los servicios.
Puertos del Estado espera que 2012 sea un año positivo para la evolución de la actividad, pese a la recesión, con un crecimiento del 3,6 por ciento en los tráficos y un auge del tránsito de contenedores, que ya es hoy el gran motor de las dársenas españolas. Es cierto que la Ley abre nuevas posibilidades, inéditas con anterioridad, como es afrontar que el tráfico de automóviles nuevos pueda ser manipulado a un coste más reducido o directamente sin acudir al censo de las sociedades de estiba. Pero lo cierto es que pocos creen que los estibadores vayan a perder el control de este tráfico sin una fuerte presión de las marcas automovilísticas. Hoy es la hora de cumplir la Ley en los puertos, privatizando empresas y vigilando lo que ocurre en cada muelle, con un sentido más coherente por la libertad de empresa y la competencia, olvidando el descontrol y el frívolo renacimiento del pasado. Gestión y lógica.
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