El Gobierno de Aguirre intenta suavizar el rechazo del Comité regional anunciando que “los transportistas tendrán una consideración singular” por medio de bonificaciones.
La anunciada instalación de peajes por parte de la Comunidad de Madrid en la autovía M-45 afectará diariamente a más de 15.000 vehículos pesados. El Gobierno de Esperanza Aguirre intenta suavizar el rechazo del Comité regional anunciando que “los transportistas tendrán una consideración singular” por medio de bonificaciones.
El impacto en el sector del transporte madrileño por la anunciada puesta en marcha del sistema de peajes en las autovías de la red principal de carreteras de la Comunidad de Madrid en el marco del proyecto de Ley de Medidas Urgentes de Modificación Presupuestaria será importante. Ciñéndonos a la autovía de circunvalación M-45, la más utilizada de todas las que componen la red regional, el pasado año 2011 registró un tráfico medio de 96.913 vehículos diarios, según datos de la propia Consejería de Transportes e Infraestructuras de Madrid.
De ese total, algo más del 15 por ciento correspondió a vehículos pesados, si nos atenemos a la media de tráfico registrada en la mencionada autovía tan solo un año antes (ver cuadro adjunto). De esta manera, más de 15.000 vehículos pesados recorren cada día la primera autovía en tráfico de la red regional, que será precisamente la primera en la que se proyecta implantar el sistema de peaje, tal y como anunció recientemente el vicepresidente y portavoz del Gobierno regional, Ignacio González. Actualmente, el Ejecutivo madrileño se ve obligado a satisfacer la fórmula del peaje en la sombra al concesionario de la autovía abonando 8 céntimos por kilómetro y vehículo que recorre la M-45, además de otro fijo de 2,64 euros por cada uno de los vehículos que la transita.
La autovía M-45 está operativa desde 1999 y su concesión está en manos de una sociedad participada por el grupo Acciona, FCC, Sacyr y Cintra. El anuncio del Gobierno regional ha levantado ampollas entre los transportistas madrileños. El Comité Madrileño de Transporte por Carretera (CMTC) ya ha manifestado públicamente su oposición frontal a la medida, tal y como ya habían adelantado hace poco más de un mes al consejero de Transportes, Pablo Cavero, cuando empezaron a tomar cuerpo los primeros rumores al respecto.
El Comité recuerda la importancia de un sector que en Madrid componen más de 30.000 empresas y representa el 6 por ciento del PIB regional, por lo que solicita que “el transporte público quede exento del pago de dichos peajes”. Ante esta situación, el Gobierno regional ha reaccionado recordando que “los transportistas tendrá una consideración especial”, según palabras de Ignacio González, mientras que la presidenta Aguirre ha anunciado que “los profesionales del transporte tendrán bonificaciones”. En todo caso, el Ejecutivo regional tiene previsto adjudicar la instalación de peajes en la M-45 antes de final de año, con una expectativa de recaudar 30 millones de euros en 2013. Además, quedan en estudio otras autovías regionales como la M-501 o la M-407.
El transporte madrileño no debe pagar la fiesta
El malestar en el sector del transporte madrileño es evidente. Y no hace falta más que echar mano de los datos para saber el porqué. Desde el Comité regional se señala que los transportistas madrileños ya contribuyen en la actualidad de forma importante a las arcas públicas, en concreto con más de 1.100millones de euros en concepto de impuesto de hidrocarburos, impuesto sobre ventas minoristas (céntimo sanitario) y otros impuestos directos e indirectos, los cuales revierten en más de un 50 por ciento a la Hacienda autonómica -más de 600 millones de euros-.
Por eso, es lógico pensar que los transportistas no deben ser los principales pagadores de una fiesta del exceso en materia de infraestructuras que, entre otras cosas, se concretó en la puesta en marcha de autovías en Madrid bajo la fórmula del peaje en la sombra.
Precisamente este sistema se ha revelado como muy gravoso para las arcas públicas en el caso de las autovías madrileñas, ya que representa unmontante para su financiación superior a los 100 millones de euros anuales. Por otro lado, algunas voces, como la de la directora de la DGT,María Seguí, alertan sobre la peligrosidad de la fórmula del peaje, que desviará tráfico a carreteras secundarias, más proclives a los accidentes.