Los transportistas ven cada vez más cerca el final de su larga cruzada contra el llamado ‘céntimo sanitario’, impuesto que grava el consumo de carburantes para financiar la sanidad. Tras varios años de litigios para acabar con este tributo, primero por la vía administrativa, y agotada ésta, por la judicial, el caso ha llegado al Tribunal de Justicia de Luxemburgo, que analizará la legalidad de este impuesto, sobre el que Bruselas ya dictaminó en 2008 que vulnera la legislación comunitaria. Aún queda un largo camino por recorrer antes de conocer el fallo judicial, pero el sector se muestra confiado de que el pronunciamiento del Tribunal europeo será favorable para sus intereses.
Y es que el ‘céntimo sanitario’ nunca le ha gustado a Europa, que sostiene que contribuye a “fortalecer la autonomía de las comunidades proporcionándoles los medios para generar ingresos fiscales”. De hecho, este tributo ha sido un recurso muy socorrido contra la crisis y ya son diez las regiones que utilizan el ‘céntimo sanitario’. La cuestión no es baladí, ya que en caso de que la sentencia sea favorable para el sector, las cifras a reclamar, sólo en mercancías, podrían superar los 2.500 millones. Sin duda, un duro golpe a las arcas públicas y otro quebradero de cabeza para el Ejecutivo de Rajoy, que tendrá que seguir con los recortes. Es evidente que la actual coyuntura obliga a agudizar el ingenio para movilizar otras fuentes de ingresos, pero no es de recibo, y más con la que está cayendo, utilizar al transporte por carretera como si fuese la gallina de los huevos de oro. Sube la fiscalidad, ‘céntimo sanitario’, ‘euroviñeta’… ¿Qué será lo próximo?
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