Los trenes de mercancías que salen de España por el nuevo túnel transfronterizo de El Pertús, en ancho de vía internacional, o los que pasan por la tradicional terminal de Portbou, para cambiar del ancho ibérico al internacional, circulan, en general, sin problemas por Francia.
No obstante, se encuentran con una red con densa circulación, que no llegará a la congestión por los pelos y convertirse así en un cuello de botella para los convoyes procedentes de España, ante el previsto incremento de tráficos, según los datos manejados por Ferrmed. De cumplirse el calendario del Gobierno francés, el desdoblamiento de la línea entre Perpiñán y Montpellier entrará en funcionamiento en 2020.
La línea actual es de una vía por sentido que concentra tráfico regional, de larga distancia procedente de España y los convoyes de mercancías que salen de El Pertús (en ancho internacional desde el puerto de Barcelona) y de Portbou. Ahora, circulan pocos trenes de carga con origen en España por esta vía, pero “estos tráficos empezarán a crecer cuando comience a operar Hutchison en el muelle Prat y también los de pasajeros con la puesta en servicio de la línea de alta velocidad hasta la frontera (ambos en 2012)”, señala Joan Amorós, secretario general de Ferrmed.
“Nuestros estudios indican que la línea francesa empezará a tener problemas de saturación alrededor de 2018”, con lo que la ampliación prevista “no se puede retrasar más allá de 2020”. Hay otro tramo con más problemas, entre Montpellier y Nimes. Francia tenía que haber comenzado este año a construir el by-pass para que entrara en funcionamiento en 2015. “Las obras empezarán en breve, pero tendría que haber estado hecho un par de años antes”, añade Amorós.