El anteproyecto de ley de modificación de la LOTT (Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres), aprobado por el consejo de ministros del 15 de junio, mantiene las rigideces de la normativa de 1987, según Feteia-Oltra. El anteproyecto “desaprovecha la oportunidad de hacer una reforma en profundidad para dar más flexibilidad al sector. Se han puesto parches, que mantienen las rigideces”, señala Manuel Vicens, secretario general de la federación transitaria.
Aunque el anteproyecto recoge que se adapta a la normativa comunitaria, se mantiene “la obligatoriedad del visado, que supone un gran coste burocrático para la empresa de transportes”. En cambio, la reglamentación comunitaria recoge que la iniciativa de informar a la administración parte de la propia empresa y únicamente es obligatorio este paso cuando hay un cambio. Otra rigidez importante que se mantiene es que “el transitario solo puede contratar en nombre propio”, cuando se debería haber aprovechado la reforma para introducir que “también pudiera contratar en nombre de terceros”. Se trata de “una barrera importante para nuestro sector en las operaciones de transporte internacional”.
Para Feteia, tampoco es de recibo que “con la autorización de transportista se pueda hacer de comercializador y no a la inversa”. Respecto a la negativa de Feteia a que el anteproyecto recoja la figura del operador logístico, “no estamos en contra del operador logístico”. “Nos oponemos a que se defina porque no es una actividad en sí misma, hay logística sanitaria, de automoción, etcétera. Es una manera de ejercer una actividad”.