La descarbonización del transporte de larga distancia pasa por un “mix de tecnologías”, en el que los gases renovables jugarán un papel importante, según se afirmó en ‘Green Gas Mobility Summit 2023’.
La movilidad sostenible no tendrá una única cara. El futuro del transporte de larga distancia pasará por la utilización de distintas energías y los gases renovables jugarán un papel importante. Así se puso de manifiesto en el marco de ‘Green Gas Mobility Summit 2023’, organizada por Gasnam-Neutral Transport en Madrid.
“La descarbonización en el transporte, si no la hacemos bien puede tener un efecto contrario”, advirtió Álvaro Arroyo, director de Relaciones Institucionales en España de Iveco. “La electrificación es una realidad en el transporte urbano, pero no en la larga distancia”, apuntó Arroyo. “El vehículo eléctrico tiene problemas como la autonomía, tiempos de recarga y la escasez de puntos de recarga”, recordó.
“El futuro pasa por un mix de tecnologías basado en el cliente final”, auguró Arroyo. Y en ese contexto, añadió, “los vehículos pesados de gas natural son un puente para los gases renovables como el biometano y el hidrógeno verde”.
El director de Negocio de PreZero, Sergio Cabellos, coincidió en que el gas natural es el puente para el biometano. “El gas natural ha abierto brecha, ha abierto camino a una coexistencia durante un tiempo con el biometano y más a largo plazo con la llegada del hidrógeno”, recalcó. “El hidrógeno verde tiene mucho potencial, es un vector que aporta más flexibilidad al vehículo pesado que el eléctrico porque su tiempo de recarga es mucho más rápido y aporta una autonomía al transporte similar al diésel”, apostilló Arroyo.
El evento fue inaugurado por la presidenta de Gasnam-Neutral Transport, Silvia Sanjoaquín, que insistió en la idea de la necesidad de alcanzar “una movilidad limpia y sostenible”, si bien dejó claro que para ello “la electrificación no es suficiente”. En este sentido, “el 40 por ciento de la demanda energética en el transporte no es electrificable”, aseveró.
Sanjoaquín puso el acento en los gases renovables, como el biometano y el hidrógeno verde, para complementar también a la electrificación. La presidenta de Gasnam anticipó que “el hidrógeno va a desempeñar un papel muy relevante en el transporte pesado”, una vez que se cumplan los objetivos europeos de tener en funcionamiento una estación de recarga de hidrógeno cada 200 kilómetros. En todo caso, “vamos a necesitar ayuda por parte de las Administraciones Públicas, porque sin su ayuda esta transición va a ser imposible”, advirtió.
Soberanía energética
Por su parte, María José Rallo, secretaria general de Transportes y Movilidad del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, hizo hincapié en la consolidación del biogás como gran vector energético para el futuro. Rallo recordó el compromiso europeo de descarbonización de la economía. “No hay marcha atrás en la limitación de emisiones en la senda de alcanzar la neutralidad climática en 2050”, insistió.
Rallo recalcó que Europa busca su soberanía energética. “La Unión Europea tiene una política clara de aumentar su independencia energética y la producción de gases de origen renovable son un vector en esa dirección”, argumentó. En esta línea, “la electrificación no puede alcanzarlo todo en el transporte y el gas de origen renovable tiene un gran potencial para el transporte pesado, el marítimo y el ferrocarril”, puntualizó.
Rallo indicó que España tiene un gran potencial en materia de producción de biometano e hidrógeno verde, lo que debería convertir al país en referente para el sur de Europa. Además, destacó a las empresas transportistas y navieras que han decidido apostar por estas tecnologías con el objetivo de que sean rentables a medio plazo. “Inicialmente, el coste es mayor por lo que es imprescindible el apoyo público”, coincidió.
A su vez, el eurodiputado del Parlamento Europeo, José Manuel Fernandes, señaló que “la Unión Europea está haciendo su trabajo con ambición en el ámbito del cambio climático”. En todo caso, “la descarbonización es un imperativo, pero no puede significar desindustrialización. No podemos perder competitividad”, recalcó.
Producción
Para Fernandes, “los gases renovables van a jugar un papel clave en los compromisos energéticos de la UE”, puesto que “permiten reducir el uso de combustibles fósiles más contaminantes”. Por este motivo, señaló la importancia de las inversiones para incrementar la producción de biogás e hidrógeno renovable. Al mismo tiempo, también apostó por reforzar los proyectos transfronterizos e interconexiones.
Arturo Gonzalo Aizpiri, consejero delegado de Enagás, reconoció que hablar de descarbonización sin poner el foco en el transporte no tiene sentido. El sector representa el 30 por ciento del consumo energético y el 30 por ciento de las emisiones en la Unión Europea, según Aizpiri. “Ese porcentaje en 2050 se mantendrá en el 23 por ciento sobre el total”, matizó.
En todo caso, el directivo admitió que el proceso de descarbonización del transporte tiene que pasar por diferentes vectores, no solo por la electrificación. “Es preciso tener en cuenta a los gases renovables y los combustibles sintéticos también”, matizó. Aizpiri destacó el papel del hidrógeno renovable en el futuro del transporte pesado, ya que “se prevé que se situé en el 25 por ciento sobre el total en 2050 en todo el mundo y alcance el 50 por ciento en Europa”.
Más información en la próxima edición en papel de Transporte XXI.