Patronal y sindicatos logran consensuar gran parte del texto, pero aún queda por resolver la regulación de las jornadas de trabajo.
La negociación del II Acuerdo General para las empresas de transporte de mercancías por carretera entra en su “fase decisiva”. Los sindicatos UGT y CCOO y el banco empresarial han logrado consensuar gran parte del texto, aunque aún queda por resolver la regulación de las jornadas de trabajo, principal escollo a superar
Las negociaciones del II Acuerdo General para las empresas de transporte de mercancías por carretera, que se retomaron en 2007 tras permanecer en vía muerta desde el año 2000, entran en su “fase crítica”. Así lo anunciaron a este periódico representantes de los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, y del banco empresarial, integrado por las patronales CETM y la Confederación Española de Operadores de Transporte (CEOT), en la que se encuadran las asociaciones Anatrans (operadores de transporte), Astic (transporte internacional), Lógica (operadores logísticos), y Aecaf (carga fraccionada), que al cierre de esta edición tenían previsto celebrar una nueva reunión el 29 de enero.
Fuentes de CCOO señalaron que “es el momento del arreón final” para ver si es posible cerrar un acuerdo o si, por el contrario, se dan por rotas las negociaciones, con las “graves consecuencias” que implicaría esta decisión y la sensación de “la pérdida de una gran oportunidad para actualizar un marco laboral, que repercuta en una dignificación y profesionalización del sector”. Esta central sindical insistió en la “necesidad ineludible” de que el sector logre sellar una “norma genérica, que coordine y regule de una misma manera el transporte por carretera, bajo un mismo paraguas, aún siendo consciente de las dificultades que entraña la existencia de diferentes especialidades”.
En la misma línea, los empresarios también consideran que se “está en un momento decisivo de la negociación”, ya que “las numerosas reuniones mantenidas han servido para identificar los intereses de las partes, así como los principales obstáculos para el acuerdo”, apuntó José Manuel Pereira Menaut, coordinador del banco empresarial de la Comisión Negociadora del II Acuerdo. No obstante, Pereira se mostró contundente al afirmar que “el contenido del acuerdo tiene que permitir a las empresas el desarrollo adecuado y competitivo de su actividad, y más en un momento como el que estamos atravesando, si no, el más mínimo ejercicio de responsabilidad desaconsejaría su firma”.
El principal caballo de batalla en el proceso de negociación continúa siendo la falta de avances en la flexibilización de la “rígida” normativa sobre tiempos de trabajo, que permita “desarrollar la actividad con criterios de rentabilidad”. Ignacio Falcó, asesor jurídico de Astic, aseguró, en este sentido, que “la plataforma patronal no firmará el II Acuerdo General mientras no se nos dé en materia de jornadas lo que necesitamos”.
Como ya adelantó este periódico, el aspecto más controvertido del nuevo Real Decreto que regula los tiempos de trabajo es que no reconoce la existencia del tiempo de disponibilidad -que sí define la Directiva europea- como tiempo autónomo y diferenciado del actual tiempo de presencia, limitado a 20 horas semanales. “Una situación que coloca a las empresas españolas de transporte por carretera en una situación de desventaja respecto a sus competidores europeos, ya que, por ejemplo, se impide la conducción en equipo, porque los conductores acompañantes consumen sus horas de presencia”, explicó Falcó.
Al mismo tiempo, otro de los puntos de desencuentro en las negociaciones del II Acuerdo General es el referido a la subrogación empresarial. Las patronales critican la postura de los sindicatos, que pretenden que cuando una empresa cese un contrato, aunque no haya transmisión patrimonial, la que entre se haga cargo de todos los trabajadores de dicha sociedad.
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