El caos provocado por el volcán islandés Eyjafjalla impulsó la actividad del Aeropuerto de Vitoria, que se convirtió en una de las instalaciones cuyo espacio aéreo permaneció activo. Así, el recinto aeroportuario alavés, que registró operaciones no habituales con orígenes y destinos tan variados como Nueva York, Shanghai, Hong Kong o Bahrein, incrementó su tráfico de carga aérea un 47,4 por ciento en abril, ocho puntos por encima de la media de los aeropuertos españoles, con un movimiento de 3.079 toneladas. Sin embargo, en el acumulado anual hasta abril, la carga sólo creció un 9,2 por ciento, casi 16 puntos por debajo de la media de los aeropuertos españoles.
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