La compañía pretende seguir el modelo de negocio de las aerolíneas de bajo coste.
The Containership Company, naviera fundada por dos ex directivos de Maersk, hace su viaje de debut entre el puerto de Los Angeles y Taicang (China). Su propuesta es sencilla, operaciones puerto a puerto y nada más, sin acarreos previos ni posteriores, y sin escalas. TCC quiere ser la primera “naviera de bajo coste”
The Containership Company es una nueva naviera con sede operativa en Copenhague y registrada en Noruega, según publica el diario belga Le Lloyd. Sus dueños, el noruego Jakob Tolstrup-Moller y el danés Franck Kayser, quieren emular el modelo de negocio de las aerolíneas de bajo coste para ofrecer al mercado un modelo simplificado de servicio. La primera ruta será en el Pacífico, entre el puerto de Los Angeles y el desconocido puerto chino de Taicang, sin escalas en ningún otro puerto, y sin transportes previos ni posteriores vía servicios feeder o terrestres.
Con una plantilla de 19 personas, el armador quiere ofrecerse a los cargadores que buscan volúmenes garantizados a tarifa fija y largo plazo. Así, en la fase inicial TCC se perfila como naviera de nicho, y apunta a los contenedores procedentes del hinterland inmediato de Taicang (las ciudades de Suzhou, Wuxi, Changzhou, Kunshan y Zangjiagan), en donde cargadores como Samsung, Philips, Canon, K+N, Nine Dragon Paper, Acer y DHL están establecidos. Otra de las ventajas que ofrece Taicang es que las tarifas portuarias son muy inferiores a las de Shanghai. Moller y Kayser, con 25 años de experiencia cada uno con Maersk, quieren aprovechar el momento en el que las tarifas de flete de barcos están por los suelos y los cargadores solicitan más capacidad.
Así, la nueva naviera ya ha fletado cuatro barcos: el “Ripon” (2.564 TEUs); el “Champion” y el “Conti Harmony” (2.877 TEUs); y el “California Senator” (3.017 TEUs). La naviera busca un quinto barco para su primer servicio, y ya está buscando clientes para un segundo tráfico en el Pacífico a partir de junio. Las autoridades chinas han autorizado a la naviera a operar entre Da Chan Bay y Shenzhen. Este último también será ojeto de un tercer servicio desde Europa que la naviera está planeando, a pesar de que la compañía teme sufrir ataques de piratas en el golfo de Adén. Sin embargo, Moller asegura que “hemos llegado para quedarnos”. Los tres primeros viajes están prácticamente llenos.