La Organización Mundial de Comercio (OMC) pronostica un crecimiento del 6 por ciento en su informe actualizado del mes de abril, lo que para algunos analistas es una previsión optimista. La ralentización de las economías de los países líderes muestra que el comercio mundial no está volviendo a la “normalidad” al ritmo esperado. Y esto tiene varias implicaciones para los mercados logísticos, tal y como señala Transport Intelligence.
De hecho, el descenso del índice de confianza de los directores de aprovisionamiento de China es un indicativo del efecto negativo que la política monetaria china está teniendo en un entorno de inflación creciente. Y aunque la política monetaria en Estados Unidos es diferente, datos similares sugieren un agotamiento del mercado. La primera economía de la “eurozona”, Alemania, aún sigue registrando cifras respetables, pero menos impresionantes que las del año pasado.
A pesar de lo negativo que todo esto es para los operadores logísticos, los índices de los directores de aprovisionamiento en dichos países muestran que los inventarios siguen creciendo. El problema es que algunas partes de la cadena de suministro son muy sensibles a cualquier ralentización de la economía. Las tarifas de transporte de contenedores siguen cayendo, y en las rutas entre Europa y China se han reducido en un 50 por ciento con respecto al año pasado.
La Asociación de Aerolíneas Asiáticas reporta un descenso del 2 por ciento en los volúmenes transportados en mayo, mientras que la capacidad aumentó, lo que tiró las tarifas hacia abajo. La industria de la automoción también comienza a frenar el paso, con caídas en la demanda china, lo que sin duda afectará a los operadores logísticos. Y finalmente está el precio del petróleo, que se mantiene impertinente por encima de los 100 dólares.