El paquete de medidas sobre seguridad marítima denominado “Erika III” (en recuerdo del petrolero hundido frente a las costas de Bretaña) propuesto por la Comisión Europea afronta serios obstáculos. La interpretación estricta preconizada por el Parlamento Europeo en su primera lectura de la propuesta, que data de abril de 2007, fue posteriormente reducida por el Consejo de Ministros de Transporte, que incluso extirpó dos de los siete elementos principales del texto: los relativos a las obligaciones adicionales para los Estados de pabellón de los buques, y de las mayores responsabilidades del armador.
Las enmiendas a los otros cinco proyectos fueron también debilitadas por los Ministros europeos de Transporte. Por su parte, la semana pasada la Comisión de Transportes del Parlamento desoyó las aportaciones de los Ministros, y retomó las enmiendas de los cinco proyectos en la extensión original de la primera lectura del Parlamento. Incluso, la Comisión de Transportes osó repescar algunos elementos de los dos proyectos rechazados por los Ministros para introducirlos como enmiendas a los cinco proyectos restantes. Por tanto, parece que la propuesta ‘Erika III’ se dirige a un callejón sin salida, sin otra solución que el proceso de conciliación.
Sin embargo, la presidencia francesa de la Unión se ha comprometido a intentar redactar una versión aceptable para el Parlamento de los dos elementos rechazados por los Ministros de Transporte. De lo contrario, la cámara europea amenaza con aprobar todas las enmiendas rechazadas por el Consejo de Ministros en asamblea plenaria. El diario británico ‘Lloyd’s List’ publica que el diputado italiano Paolo Costa, quien preside la Comisión de Transportes, ha declarado que Francia presentará varias propuestas aceptables en los próximos días. Según la misma fuente, el Parlamento y el Consejo deberían llegar a continuación a un acuerdo de compromiso sobre la nueva versión.