La exigencia de rentabilidad choca con la flexibilidad comercial y la dársena logra acomodar la subida de tasas con más tráficos.
La presión tarifaria está creciendo en el puerto de Valencia por los ‘caprichos’ que encierra la aplicación de la nueva Ley de Puertos, que ha truncado la senda de abaratamiento que se había logrado en la dársena en el último trienio, según indican operadores consultados. La exigencia de rentabilidad choca con una política comercial más flexible
La Autoridad Portuaria de Valencia, que preside Rafael Aznar, tuvo que incrementar un 4,6 por ciento de media la presión tarifaria a sus clientes en el primer ejercicio de aplicación de la nueva Ley de Puertos, según se desprende del análisis de importe total de la cifra de negocios y el tráfico de mercancías del cierre del año 2011, cuyos datos acaban de ser publicados el pasado mes de enero. En términos netos, contabilizando únicamente los ingresos por tasas y tarifas, el incremento de la factura impositiva es del 2,26 por ciento, lo que supone unos ingresos de 1,55 euros por tonelada movida.
Los ‘caprichos’ que encierra el nuevo modelo económico de la Ley de Puertos, cuya aplicación se inició en 2011, ha venido a truncar la senda de abaratamiento que había conseguido la dársena en el último trienio, entre 2007 y 2010, periodo en el que se redujo el impacto de la generación de ingresos sobre las mercancías en un 12 por ciento, según el análisis de TRANSPORTE XXI. Pese al aumento logrado en 2011, la carga tarifaria en Valencia sobre sus clientes es un 19 por ciento menor a la registrada en el conjunto del sistema portuario español (2,25 euros/tonelada) y un 52 por ciento menor que la registrada en Barcelona (3,67 euros/tonelada).
Y es que “las exigencias de rentabilidad que marca la legislación portuaria chocan con las solicitudes de más flexibilidad comercial”, según explican operadores consultados , por su visión particular acerca de la efectividad de la política tarifaria practicada en el primer año de aplicación de la reforma legal en la dársena valenciana. Empresarios señalan que una de las mejoras que se debería aplicar a medio plazo es “ampliar la flexibilidad a la hora de fijar el nivel de precios”, ya que ahora sólo se hace anualmente y con mucha anticipación.
Los operadores critican que la Autoridad Portuaria no pueda variar su política comercial a lo largo del ejercicio, ya que “tiene que anticipar en octubre del año anterior los precios que cobrará en el ejercicio siguiente, por lo que cualquier desviación que se quiera hacer es imposible ya que las tarifas y sus bonificaciones van fijadas por Ley”. Las empresas consultadas por este periódico coinciden en señalar que “se necesitarían mecanismos móviles para poder incentivar durante el año unos tráficos y otros, lo que permitiría, desde el punto de vista de las tarifas y tasas que fija la Autoridad Portuaria, no tener que fijar las bonificaciones con tráficos a 12 ó 18 meses vista y que se pudieran atender las necesidades de un tráfico concreto durante el año en curso, con una política más flexible de incentivos”.
Tanto navieros como cargadores se han visto afectados por el aumento de la carga impositiva tras un trienio en el que la factura se abarató. Operadores coinciden en apuntar al escenario de corrección del endeudamiento de la Autoridad Portuaria, cifrada en 650 millones de euros al cierre del 2011, como una de las claves de la subida para atender a los ‘caprichos’ de rentabilidad de la Ley de Puertos, aparte de la pérdida de ingresos que estaban previstos en concesiones caídas en Sagunto y Valencia por la crisis. Rafael Aznar, presidente del puerto de Valencia, ha señalado a TRANSPORTE XXI que “decidimos crecer en oferta para estar listos cuando se inicie la recuperación económica. Esto nos lleva a un endeudamiento aquilatado, medido y posible, porque la generación de recursos propios equilibra las cuentas”.
Impactos y rentabilidad
El impacto de la Ley de Puertos en la tasa al buque supuso un aumento de la presión tarifaria en Valencia del nueve por ciento en el primer año de su aplicación, mientras que la factura por la tasa de la mercancía aumentó un 0,55 por ciento. El puerto logró contener la subida gracias al crecimiento del tráfico en 2011, que ascendió a 65,7 millones de toneladas.
El ratio de rentabilidad del puerto de Valencia en 2011 fue del 1,91 por ciento, ligeramente por encima de la rentabilidad del conjunto del sistema portuario español que fue del 1,71 por ciento, según los datos de Puertos del Estado.
El puerto mejoró sus ventas un siete por ciento en 2011 con unos ingresos de 115,3 millones, el 11,6 por ciento de toda la factura del conjunto de los puertos españoles.