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La privatización de parte de Royal Mail despierta la polémica en Inglaterra

La directiva de la empresa británica acusa a TNT de caza furtiva de los clientes de GLS.

Aunque el Gobierno inglés quiera vender una tercera parte del operador público de correos Royal Mail, y aunque esta operación sea necesaria para salvar el fondo de pensiones de la empresa, lo cierto es que el interés de firmas extranjeras como TNT, CVC Capital Partners o el correo sueco ha despertado la polémica en el Reino Unido

El año pasado, el Ejecutivo inglés encargó un estudio de viabilidad de Royal Mail a una comisión independiente. La conclusión de la comisión fue que en vista de la creciente competencia, el empeoramiento del servicio, y la acuciante situación del fondo de pensiones de la empresa, lo mejor era vender parte del capital a un operador extranjero. Inmediatamente, Peter Bakker, presidente del operador holandés TNT, declaró que su empresa era la mejor candidata a asociarse con Royal Mail. Asimismo, los correos de Suecia y Dinamarca, en vías de fusión, señalaron su interés por su colega británica; y CVC Capital Partners, el mayor fondo de inversión de Europa y accionista del correo danés también empezó a hacer números.

Todo este interés resulta sorprendente si se tiene en cuenta que desde hace algunos años la actividad de correo vive un declive continuo, aunque sigue siendo provechosa. Pero el informe Hooper no sólo ha despertado interés, también ha levantado polémica. El partido laborista, que generalmente vota a favor del Gobierno, defiende la independencia de la empresa postal británica, y de paso juega su carta a favor de los sindicatos cara a las próximas elecciones. Además, si es cierto que FedEx quiere comprar GLS (filial de paquetería de Royal Mail), el argumento nacionalista ganará aún más peso.

GLS es una perla: líder del Reino Unido, cuenta con una red de distribución importante en Europa, algo que FedEx ansía desde hace años. TNT, que tuvo que retirarse de la logística debido a la presión de los grandes grupos, sabe que debe defender el terruño si quiere sobrevivir. De ahí su amor por Royal Mail, y por GLS. Amor que se puede convertir en obsesión: Adam Crozier, director general de Royal Mail, ha acusado a TNT de salir a la caza de sus clientes corporativos con el argumento de que “GLS ya es de TNT”.

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