El constructor naval italiano Fincantieri se sube a esta ola para analizar la viabilidad de reactores destinados a grandes buques.
Fincantieri, el astillero italiano que tiene en su cartera de clientes a Finnlines, Grimaldi, P&O Ferries y Tallink, entre otros, ha firmado un acuerdo con NewCleo y Rina para trabajar en un estudio en el ámbito de la propulsión naval nuclear.
El acuerdo contempla abordar la viabilidad de las aplicaciones nucleares en la industria del transporte marítimo, empleando la tecnología de reactores modulares pequeños (SMR) refrigerados por plomo.
Este desarrollo impulsa “establecer un minirreactor cerrado en los buques con una batería nuclear que produciría una potencia eléctrica de 30 MW, que permite un reabastecimiento de combustible cada 10 a 15 años, con un mantenimiento muy limitado y un reemplazo fácil al final de la vida útil”, señala un comunicado de Fincantieri.
El astillero Samsung Heavy Industries (SHI) firmó, el pasado abril, un acuerdo con Korea Hydro & Nuclear Power (KHNP) y la danesa Seaborg Technologies para desarrollar centrales nucleares con reactores de sal fundida que se instalarán en barcazas con un diseño modular capaz de entregar de 200 MW a 800 MW.
En la misma dirección, Imabari Shipbuilding y Onomichi Dockyard, entre otras empresas japonesas, se han sumado este año a la iniciativa liderada por la británica Core Power, que trabaja en diversos proyectos para instalar reactores como sistema de propulsión de grandes buques, así como para desarrollar una planta de energía nuclear flotante.
Por otra parte, la sociedad de clasificación ABS ha difundido, en los últimos días, un estudio realizado con Herbert Engineering Corp (HEC) sobre el impacto de instalar propulsión nuclear en un portacontenedores de 14.000 TEUs y en un petrolero Suezmax de 157.000 TPM.
Según su análisis, la instalación de dos reactores de 30 MW, enfriados por plomo, en el portacontenedores aumentaría tanto la capacidad de carga como la velocidad operativa. En el caso del petrolero Suezmax, se analizó el establecimiento de cuatro microrreactores de 5 MW, que reduciría la capacidad de transporte de carga, pero aumentaría la velocidad operativa. En los dos buques, la necesidad de reabastecimiento de combustible solo se produciría cada 25 años.