Limita la contratación temporal y establece un aumento de las indemnizaciones, provocando “un efecto negativo en el empleo”.
La Ley de la reforma laboral trae consigo un incremento de los costes laborales de los operadores logísticos, a la par que genera incertidumbre en el sector. La reforma limita la contratación temporal y produce un incremento de las indemnizaciones, lo que va a generar “un efecto negativo en la creación de empleo”
La Ley 35/2010, de 17 de septiembre, de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo genera incertidumbre en el sector de los operadores logísticos a la espera de que se vaya produciendo jurisprudencia en torno a la misma. Además, parece claro que el de los operadores logísticos será uno de los sectores más afectados por la reforma, ya que ésta basa sus objetivos en reducir la contratación temporal.
Los principales efectos negativos que provoca la ley se resumen en la limitación de la contratación temporal y el aumento de las indemnizaciones para este tipo de contratos, lo que provoca “un incremento de los costes laborales y un efecto negativo en la creación de empleo”, según aseguró Rafael Martí, director de Recursos Humanos de DHL Supply Chain, durante una jornada organizada recientemente en Madrid por Adecco y Lógica. Martí destacó también la exclusión de cualquier tipo de mención a la contratación a tiempo parcial, “cuando es uno de los mecanismos fundamentales para flexibilizar el mercado de trabajo”, así como que no se haya resuelto que “la Administración tenga tantísimas dificultades como hasta ahora para aprobar expedientes de regulación de empleo (EREs) sin acuerdo previo entre empresa y trabajadores”.
Por eso, Martí concluyó que con esta ley de reforma laboral “se ha perdido una oportunidad de oro para dinamizar realmente el mercado laboral en España”. Por su parte, Javier Echenique, director de Recursos Humanos de ID Logistics, llamó la atención sobre el entorno del sector, con cambios constantes en volúmenes, poco previsibles y márgenes pequeños.
Con este escenario, “el planteamiento de competitividad pasa por aportar valor añadido y en ese sentido, la flexibilidad es clave”. Una flexibilidad que sí se da en términos operacionales, pero no en procesos y costes, “lo que se debe en gran parte a la falta de flexibilidad laboral y la negociación colectiva”. En este sentido, Echenique señaló que “se trata de buscar no sólo la conciliación de los trabajadores sino de los intereses de las empresas, de tal manera que para éstas sea más facíl cambiar que despedir y nos encontramos con que la reforma laboral no nos concede las herramientas suficientes”.
Para el directivo de ID Logistics, la actual reforma “se centra más en facilitar el despido en situación de crisis que en modificar las condiciones para ayudar al sector a que no se llegue a estas situaciones de crisis, por lo que mejora algo la situación pero generando vaguedad e incertidumbre”. A su vez, Fernando Bonilla, director de Relaciones Laborales de SDF Ibérica, incidió en la negociación colectiva y consideró importante que la reforma laboral “apueste por las cláusulas de descuelgue salarial, porque así toma un especial protagonismo la situación económica de la empresa en el entorno de la crisis actual”.
En todo caso, Bonilla manifestó sus dudas en torno a si la reforma es suficiente en este aspecto, pues no está claro que “el convenio colectivo sea un instrumento ágil o simplemente transmita encorsetamiento a las relaciones laborales”. Por eso, apuntó que “la negociación colectiva tiene que recuperar el carácter contractual y desprenderse de la ultractividad que rodea a los actuales convenios colectivos”. Por parte de los agentes sociales, Alberto Margalló (CCOO) suscribió que “la reforma no crea empleo” y matizó que “las cláusulas de descuelgue pueden contribuir a la competencia desleal”, mientras que Emilio Cardero (UGT) calificó de “inadmisible que empresas con trabajo estable tengan un 70 por ciento de su plantilla en ETTs”.
Las claves de la reforma
Para el sector, la ley de reforma laboral tiene especial incidencia por las modificaciones en la contratación temporal, según Antonio Bartolomé (Cuatrecasas). La reforma rompe la causalidad del contrato por obra, estableciendo su duración máxima en tres años.
Las indemnizaciones de los contratos temporales pasan de 8 días a 12 días por año trabajado de forma gradual hasta 2015.
La norma pretende sustituir el contrato temporal por el indefinido con el contrato de fomento del empleo, con indemnización de 33 días y tope de 24 mensualidades.
En cuanto a la tramitación del despido objetivo, se elimina la rigidez que había antes y que podía degenerar en nulidad. Ahora puede dar lugar como mucho a la improcedencia del despido.
Se fomenta la figura del ERE de reducción de jornada y se facilita la extinción de contratos en base a pérdidas actuales o previstas.
© 2024, todos los derechos reservados.