La superficie próxima a la ‘zona cero’ podría correr la misma suerte, lo que alargaría las obras, aunque el puerto descarta la existencia de futuros asentamientos en la terminal.
La reparación del hundimiento de la terminal de contenedores del puerto de Villagarcía se complica y dificulta la operativa de Boluda, que aún no ha podido ocupar toda la instalación. La superficie próxima a la ‘zona cero’ podría correr igual suerte, lo que alargaría las obras, aunque el puerto descarta la existencia de futuros asentamientos
La reparación de la terminal de contenedores del puerto de Villagarcía, hundida sólo tres años después de su inauguración, se complica, lo que sigue impidiendo a la Autoridad Portuaria zanjar con celeridad este polémico asunto. Al cierre de esta edición, las obras, que arrancaron a finales del pasado año con un plazo de ejecución de siete meses y medio, aún no habían concluido, tras estar casi paralizadas durante varias semanas. Un retraso que dificulta la operativa de la terminal, adjudicada en abril a Boluda, que de momento no ha podido ocupar toda la superficie de la instalación, ya que el 75 por ciento del muelle está en obras.
Fuentes de toda solvencia, que prefirieron guardar el anonimato, confirmaron a este periódico que la constructora Sacyr, responsable de las obras, “detectaron complicaciones”, por lo que los ingenieros se vieron obligados a realizar pruebas técnicas, con el consiguiente retraso en el desarrollo del proyecto. Los mismos interlocutores señalaron, en este sentido, que “la zona más próxima al hundimiento del muelle podría estar en la misma situación”. Es decir, “sería necesario acometer los mismos trabajos para dejar la superficie en condiciones”, lo que dispararía el presupuesto de la obra, adjudicada por un importe de 4,7 millones.
Un arreglo que, además, “obligaría a cesar prácticamente la actividad de la naviera”, añadieron las mismas fuentes. La versión oficial es bien distinta. Cuestionada por este periódico, la Autoridad Portuaria de Villagarcía, que preside Sagrario Franco Malvar, aseguró a través de un correo electrónico que “se decidió realizar pruebas para descartar la existencia de futuros asentamientos en la zona, siendo los resultados de las mismas satisfactorios”. Hay que recordar que, desde el ‘minuto cero’, el organismo portuario ha tratado de pasar página a este capítulo y no hablar más del hundimiento.
De hecho, un informe interno del puerto, presidido entonces por Javier Puertas, exculpaba del incidente a las constructoras Drace, Dragados y Copasa, adjudicatarias de las obras del muelle por un importe próximo a los 21 millones. La entidad insistía, en este sentido, en que “las causas del asentamiento de la terminal eran un proceso de consolidación del terreno previsto y controlado por la Autoridad Portuaria”. Este periódico se ha puesto en contacto con responsables del grupo Boluda y de la constructora Sacyr, que declinaron realizar declaraciones sobre este asunto. Actualmente, Boluda Corporación Marítima, a través de su división Boluda Terminales Marítimas, gestiona la terminal de contenedores con su línea semanal de cabotaje entre el norte peninsular y Canarias. La superficie de la infraestructura asciende a 42.076 metros cuadrados, incluyendo no sólo el terreno sino las instalaciones anexas y necesarias para el desarrollo de la actividad. La vigencia de la concesión es de 21 años, fijándose un tráfico mínimo anual de 30.000 TEUs.
Antecedentes
El puerto de Villagarcía adjudicó en 2004 las obras de ‘Explanada y prolongación de la línea de atraque del muelle de Ferrazo’ a Drace, Copasa y Dragados.
La terminal de contenedores se inauguró el 16 de junio de 2008. Tres años más tarde se hunde.
El puerto, presidido entonces por Javier Puertas, saca a concurso la reparación, adjudicada a Sacyr en noviembre de 2011, con un plazo de ejecución de siete meses y medio.
La entidad decide licitar la terminal en obras, explotada en ese momento por Boluda con una autorización, que se hace con la concesión en abril, tras ser la única oferta que pujaba en el concurso.