La estibadora Tasa espera gestionar cerca de 2 millones de toneladas en la instalación, que cuenta con dos zonas de almacenamiento con capacidad para 100.000 toneladas.
La terminal de graneles agroalimentarios del puerto de Santander arrancará este mes de febrero tras realizar los ajustes finales. La estibadora local Tasa, adjudicataria del proyecto, espera mover cerca de 2 millones de toneladas en la nueva instalación, lo que supondría duplicar el tráfico actual de la dársena. La inversión rondó los 38 millones.
La nueva terminal de graneles sólidos agroalimentarios del puerto de Santander inicia la cuenta atrás una vez finalizadas las obras de construcción, que absorbieron una inversión próxima a los 38 millones. La estibadora Tasa, del grupo local Gof, holding empresarial con actividad en servicios logísticos portuarios, que logró sumar a este ambicioso proyecto a la entidad financiera Ahorro Corporación, espera iniciar la explotación de la instalación este mes de febrero tras realizar los ajustes finales, según señalaron a este periódico fuentes del operador. Con la puesta en marcha de la terminal, que acumula varios años de retraso como consecuencia de la paralización de las obras por problemas contractuales con la adjudicataria del proyecto, la empresa quiere afianzar la dársena de Santander como punto de paso para la cadena de suministro de la industria agroalimentaria castellano-leonesa y el mercado de biocombustibles. El tráfico mínimo anual fijado en el primer año completo de operaciones es de 400.000 toneladas. No obstante, la concesionaria de la instalación espera alcanzar a medio plazo los 2 millones de toneladas de grano y harina y derivados como harina de soja y gluten de maíz, lo que supondría duplicar el tráfico de graneles agroalimentarios del puerto. La terminal ocupa una parcela de cerca de 33.500 metros cuadrados en el Espigón Norte del muelle de Raos y cuenta con dos zonas de almacenamiento diferenciadas.
En concreto, dispone de una nave para la manipulación de harina, con una capacidad de 66.200 toneladas, y dos hileras paralelas de silos verticales para grano, con una capacidad total de aproximadamente 42.000 toneladas, donde queda un espacio libre para acometer en el futuro la construcción de una nueva hilera de depósitos. Los procesos de la terminal están automatizados, lo que permite optimizar la operativa, ya que se quintuplica la capacidad actual de descarga, que pasa de unas 6.000 toneladas diarias a 28.000 toneladas. La instalación, en este sentido, cuenta con dos cintas transportadoras que dan servicio a dos descargadores, encargados de sacar el producto de las bodegas de los barcos, que se desplazarán sobre carriles a lo largo del muelle. En uno de los extremos de las cintas transportadoras se ubica una torre metálica -la torre de transferencia-, cuya misión es realizar la prelimpieza y transferencia de producto desde las cintas de muelle a las cintas inclinadas de alimentación a la torre de pesaje. La terminal tiene, además, dos zona para la expedición de los productos. Una para camiones, con cinco puntos de carga independientes, y una de ferrocarril, con un apartadero de doble vía, con una longitud de 360 metros cada una, diseñado para recibir trenes de 450 metros, que se partirán en dos para su carga.
Detalles de la terminal
La terminal agroalimentaria del puerto de Santander ocupa una parcela de 33.500 metros cuadrados y la inversión ronda los 38 millones.
La instalación cuenta con una nave y varios silos verticales con una capacidad de almacenamiento superior a las 100.000 toneladas.
El tráfico mínimo fijado es de 400.000 toneladas anuales, aunque la estibadora Tasa espera alcanzar los 2 millones de toneladas al año a medio plazo.
Con la entrada en funcionamiento de la nueva terminal, los operadores de graneles sólidos agroalimentarios de la dársena deberán garantizar que sus sistemas de manipulación de la mercancía ofrecen unas condiciones de protección ambiental similares o superiores.