Fabricantes como Volvo aún están lejos de conseguir alcanzar unas cifras aceptables.
Aunque los fabricantes de camiones se esfuerzan por encontrar ese clavo ardiendo al que agarrarse para asentar la idea de que la demanda de los vehículos industriales ha iniciado su recuperación, las frías cifras desmontan aquellas esperanzas. La patronal ACEA anuncia que las ventas cayeron un 3,1 por ciento en febrero con respecto al mismo mes del pasado año
La Asociación Europea de Constructores de Automóviles (ACEA), ha anunciado que las ventas de vehículos industriales cayeron en Europa sólo un 3,1 por ciento en febrero de 2010 con relación al mismo mes del pasado año. La patronal valora esta cifra como una prueba de que la caída de la demanda de tales vehículos se está frenando o, como se dice habitualmente, está tocando fondo. Sin embargo, los hechos parecen incidir en la línea de que esa estabilización es más un deseo que una realidad. Lógicamente, la demanda no puede seguir cayendo al terrible ritmo de los últimos dieciocho meses y la propia organización europea reconoce que hay pocos indicios de que vaya a producirse una recuperación de las ventas de estos vehículos.
Es más, admite que las matriculaciones de camiones pesados siguieron en febrero de 2010 un 32 por ciento por debajo de las del mismo mes del año previo por lo que respecta al mercado de la Unión Europea más los países miembros del acuerdo EFTA, excluyendo Chipre y Malta, cuya aportación es marginal. “Mientras las ventas de camiones pesados siguen bajando, las de comerciales ligeros aumentaron en febrero un 1,8 por ciento, con respecto a febrero de 2009, lo que supone el primer aumento que se registra desde abril de 2008”, confiesan desde Bruselas, donde ACEA tiene su sede.
Pero hay otras cifras que vienen a apoyar la posición de quienes siguen muy preocupados por las tendencias del mercado de vehículos industriales. Por ejemplo, el grupo sueco Volvo, que comercializa camiones con las marcas Volvo, Renault, U.D. Trucks y Eicher Motors, cuyo presidente anunciaba recientemente que la demanda europea de camiones va a crecer un 10 por ciento en 2010 respecto a 2009, y, hace sólo unos días, que sus entregas mundiales habían crecido un 2 por ciento en febrero de 2010 respecto al mismo mes de 2009. Sin embargo, por lo que respecta a Europa, las entregas del grupo Volvo fueron en febrero último aún un 26 por ciento inferiores a las de febrero de 2009.
No obstante, recordamos a nuestros lectores que esta última cifra está deformada por el hecho de que el grupo sueco no contabiliza de manera comparable las cifras de entregas de su filial india Eicher Motors. Un dato quizá más representativo de la situación real del grupo Volvo es la evolución de sus entregas durante el año móvil a 28 de febrero de 2010, que sin incluir los datos de Eicher Motors, muestran aún un 48,5 por ciento inferiores a las del año móvil que terminaba el 28 de febrero de 2009. Ciertamente, ese 48,5 por ciento de descenso es inferior al 51,2 por ciento que registraban las entregas en el año móvil a 31 de enero de 2010, en comparación con el que concluía el 31 de enero de 2009.
Patrik Sjoblom, un analista del broker Cheuvreux, señalaba a Reuters otro motivo de preocupación: “Tenemos que ser realistas con las expectativas de recuperación de la demanda de camiones, pues es evidente que la flota europea de estos vehículos tiene muy pocos años de uso, lo que va a permitir a muchos transportistas demorar su renovación durante bastante tiempo”, decía Sjoblom.
También es incontestable que los planes de ayudas financieras establecidos por muchos gobiernos europeos para impulsar la menguante demanda de turismos están llegando a su fin en la gran mayoría de los casos, lo que va a suponer, a juicio de todos los expertos, una fuerte contracción de la demanda de tursimos en el segundo semestre del año. Si esa momentánea recuperación de la producción de turismos había contribuido de alguna forma a potenciar el tráfico de mercancías, su caída en el segundo semestre del año tendría el efecto negativo de volver a enviar a sus cocheras a muchos de los camiones que habían encontrado una ocupación transitoria.
La recuperación de la demanda en mercados como Norteamérica o Brasil y la supuesta del asiático no parece que vayan a tener una influencia excesiva por lo que respecta al tráfico de mercancías europeo, aunque es indiscutible que algunos de los componentes que se necesitan en las fábricas de camiones de Brasil, EEUU o Asia se construyen en Europa. La verdad es que el mensaje de optimismo de ACEA se entiende mejor si se recuerda que el presidente de turno de la sección de vehículos industriales de la patronal es Leif Johansson, presidente de Volvo, al que indudablemente le interesa mucho enviar mensajes esperanzadores a los inversores de todo el mundo, tratando de que olviden los 1.440 millones que su grupo perdió en 2009.