Cilsa, la sociedad promovida por la Autoridad Portuaria de Barcelona que gestiona la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), comercializa un nuevo tipo de nave en la plataforma para sortear la crisis.
Se tratan de almacenes “flexibles”, que se alquilan por módulos de unos 2.000 metros cuadrados de superficie cada uno panelables, que se pueden ampliar en función de las necesidades puntuales de las empresas.
Los módulos se contratan por periodos mínimos de dos meses, renovables hasta un año, frente a los cinco años a los que se arriendan habitualmente las naves en la ZAL. Las empresas pueden subcontratar toda la operativa del almacén. El producto va dirigido, especialmente, a empresas importadoras y exportadoras.