La Comisión Nacional de Competencia ha dado un nuevo varapalo a la pública Correos, quedando en evidencia, una vez más, que se sirve de prácticas de dumping para hacerse con clientes que arrebata a los privados. Además, con el nuevo expediente sancionador abierto por la CNC, los gestores de Correos, y por extensión los ministerios de Economía y de Fomento, el primero es el que pone el dinero y el segundo es el que tiene competencias en política postal, han demostrado su mala fe.
Porque lo que viene a decir Competencia es que Correos se ha reído a la cara de las empresas privadas, pues la instrucción de este expediente responde a que la pública se habría pasado por el arco del triunfo el acuerdo alcanzado con la patronal de reparto Asempre en 2005. En aquel pacto, del que Competencia era el garante, Correos se comprometió a terminar con su política de precios predatorios denunciada por Asempre en 2003, que le valió una multa económica de 8 millones de euros, condonada a raíz del citado acuerdo con la patronal.
Que Correos soslaye la legislación mercantil no es de recibo. Pero más preocupante que lo anterior es que lo haga con alevosía y nocturnidad, como parece ser el caso. Según las fuentes consultadas por TRANSPORTE XXI que han tenido acceso al expediente completo, Correos habría aplicado precios predatorios a 33 de sus 204 grandes clientes desde 2009. Muchos de los contratos donde se han detectado prácticas de dumping rozan los 10 millones de euros anuales.
¿Es que a nadie en Correos, ni en Economía, ni en Fomento, se le ha caído la cara de vergüenza ante tamaño dislate? ¿Es que no hay ya motivos suficientes para cesar a los responsables de esta baladronada? Asempre tiene que ir hasta el final en este asunto, sirviéndose de la vía penal si fuera necesaria, para que la pública, que parece olvidar que se nutre de dineros ajenos, le devuelva lo que le habría arrebatado con artes despreciables y punibles.
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