Las infracciones abiertas al transporte de mercancías crecieron el 25,5% en 2011.
Las denuncias al transporte de mercancías en Cataluña crecieron el 25,5 por ciento el pasado año. La detección de vehículos sin autorización aumentó más del 50 por ciento. Para el sector, el afán recaudatorio explica que se incrementen las inspecciones y las infracciones cuando hay menos camiones circulando por la caída de la actividad.
Los Mossos d’Esquadra tramitaron más de 16.000 denuncias al transporte de mercancías que circuló por las carreteras catalanas el pasado año, lo que supone un incremento del 25,5 por ciento en comparación con 2010. Este crecimiento se ha debido a que “aumentaron las inspecciones en carretera”, señalaron fuentes del departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña.
Estas denuncias no incluyen los expedientes sancionadores abiertos a las empresas de transporte por el análisis de los discos tacógrafos. Uno de los incrementos más importantes respecto a otros años fue la detección de camiones piratas que circulaban sin la correspondiente autorización de transporte, infracción que creció más del 50 por ciento. “Los más afectados son sobre todo vehículos ligeros, de menos de seis toneladas, ya que los pesados sin autorización no llegan al 1 por ciento”, añadieron estas fuentes.
Crecieron un poco más (el 51,1 por ciento) las denuncias por los tiempos de conducción y descanso, “faltas leves en la mayoría de los casos”, por superar por poco el tiempo máximo de conducción o no llegar al mínimo de descanso. Porcentualmente, aunque cuantitativamente es menos relevante, la falta del certificado de conductor -el documento que tienen que tener los camioneros de terceros países que trabajan para empresas nacionaleses la infracción que más aumentó, el 53,4 por ciento.
Las organizaciones del sector han tachado tradicionalmente al Gobierno catalán de hilar muy fino tanto en inspeccionar como en sancionar en comparación con otros territorios que, aseguran, son más flexibles en la interpretación de las normativas de transporte. “La actividad ha caído, hay flota parada y, por lo tanto, menos vehículos circulando, pero aumentan las inspecciones y las infracciones, lo que demuestra que hay un afán recaudatorio”, señalan fuentes de la patronal Cetcat.
“Lo normal es que hubieran bajado las denuncias como, por ejemplo, ha bajado la siniestralidad al haber descendido alrededor de un 30 por ciento la actividad”, coinciden desde la organización de pymes y autónomos Cot. “Las inspecciones están relacionadas con el número de autorizaciones”, señalan desde Territorio. “No hay un afán recaudatorio, es disuasorio para que al infractor no le resulte más beneficioso incumplir la ley que cumplirla.
Disuasorio, pero proporcional”, añaden. Todo lo contrario opina el sector que justamente reclama “proporcionalidad”. “Se hace una aplicación rígida de la ley que provoca casos como el de una empresa que tiene sanciones por un total de 12.000 euros porque el conductor ha hecho una pausa de cinco, seis o diez minutos menos de lo establecido, pero en ningún caso ha conducido horas de más”, señalan desde la Cetcat. Otro ejemplo, “multa de 1.001 euros porque falta un dato irrelevante en el documento de control”.