Las empresas ponen el foco en la reducción del coste y el impacto medioambiental en la gestión de la logística inversa, según un informe global realizado por DHL Supply Chain.
Las devoluciones de envíos de comercio electrónico crecieron cerca del 20 por ciento en los dos últimos años, según un reciente informe global elaborado por DHL Supply Chain. Este incremento de los procesos de logística inversa está generando preocupación en las empresas y acelerando la necesidad de un cambio, señala el mismo informe. El estudio pone el foco en la falta de integración entre el comercio electrónico y otros canales, lo que reduce las posibilidades de reabastecer y revender los artículos devueltos.
Según el informe de la multinacional, el 17 por ciento de las empresas recurren a la eliminación como método principal para gestionar los artículos devueltos que no se reponen ni se venden.
Para afrontar este reto, el informe destaca como una de las claves la necesidad de “diseñar los flujos y ciclos de los productos de la forma más eficiente y respetuosa con el medio ambiente”. Un tercio de las empresas consultadas afirma que ya calcula las emisiones de carbono asociadas a las devoluciones y el mismo número tiene previsto empezar a hacerlo en breve. De hecho, casi nueve de cada diez empresas consultadas, tiene planes y objetivos de reducción de las emisiones de carbono asociadas a las devoluciones.
Rediseño de procesos
El estudio realizado mediante consulta a responsables de comercio electrónico de empresas revela que el aumento de las devoluciones está impulsando este rediseño de las políticas y procesos. En concreto, casi la mitad de las empresas encuestadas está considerando cambios en sus procesos de gestión de devoluciones para reducir su coste e impacto medioambiental, revela el informe.
El análisis, al margen de estudiar la gestión de las devoluciones, señala que las empresas están explorando el uso de la tecnología, con iniciativas como los probadores virtuales que permitan reducir el volumen de envíos devueltos. Además, muchas empresas están considerando la posibilidad de cobrar por las devoluciones que no se realicen en la tienda física.
En todo caso, el informe anticipa que estos cambios se están valorando con cautela por temor a que puedan afectar a la toma de decisiones de unos clientes que, “cada vez, valoran más una experiencia de compra gratificante”.